sábado, enero 05, 2008


Ahora los afrodescendientes forman parte de la venezolanidad
/ Olga Ramos


Amigos, creo que Ustedes no han comprendido la noble intención del presidente cuando trata de rescatar las raíces africanas en la identidad Venezolana. Es una especie de desagravio a los canarios por la forma como fueron tratados en el decreto de guerra a muerte de Bolívar y, de acuerdo a los últimos datos obtenidos, pudiera convertirse también en una exaltación a los orígenes africanos de la etnia Caribe.

El presidente, noble en su condición de reencarnado del Padre de la Patria, en un momento de lucidez y reconciliación -porque no crean que lo de la reconciliación comenzó con la excelsa Ley de Amnistía, comenzó realmente cuando elaboró la excelentísima propuesta de reforma que el ingrato pueblo venezolano tampoco entendió y rechazó el 2 de diciembre- recibió una misiva de la Real Academia de la Historia de España, -enviada a través de su entrañable amigo el Rey Juan Carlos- en la que informaban que, finalmente, habían decidido aceptar las pruebas que demuestran que los Guanches -que son los aborígenes de las Islas Canarias- eran descendientes de la etnia Bereber, específicamente de los que habitan en la parte nor-occidental del continente africano. De acuerdo a estas pruebas, los Bereber llegaron a poblar esas islas en el siglo III AC.

Leída la reveladora misiva, el presidente entró en profunda reflexión y decidió que era hora de enmendar sus errores -en este caso, algunos de los cometidos en su encarnación como el Libertador- y decidió reconocer y reivindicar a los ancestros de nuestros ancestros canarios (valga la redundancia), por lo que desde ese momento se ha convertido prácticamente en política de Estado, la identificación de los rasgos y de la herencia étnica dejada en Venezuela, a través de los canarios, por los Bereber y su incorporación en nuestro acervo. Es importante aclarar que los miembros de la etnia Bereber, específicamente, la que pobló a las Islas Canarias, eran personas altas, rubias y de ojos azules. Del desconocimiento de esta información se desprende el primer error de quienes injustamente interpretan este esfuerzo del presidente.

Sin embargo, a raíz de esa profunda reflexión y de las acciones que realizadas en consecuencia, el presidente ha sentido el llamado de la sangre y también el del espíritu, por lo que, desde su encarnación de Guaicaipuro -porque si no lo saben, entérense: Guaicaipuro reencarnó en Simón Bolívar y este en Hugo Rafael Chavez Frías- comenzó a investigar el origen de nuestros ancestros, específicamente el de los Caribe, encontrando que algunos autores aceptan las teorías que vinculan o emparentan a los fenicios, los celtas, los vascos y hasta los pueblos precolombinos de América con la etnia Bereber.

Como verán, esta política que para algunos resulta descabellada y hasta ha sido tildada de racista, no es más que un noble intento por reconocer en nuestro acervo las raíces de quiénes tanto han hecho e hicieron por Venezuela y que injustamente fueron condenados a muerte por el Libertador -injusticia que, como todos recordarán, fue señalada por el mismo Bolívar al momento de enunciar el decreto- pero que también podría terminar haciendo justicia a los ancestros de una de las etnias indígenas fundamentales en nuestra historia libertaria y que, si las teorías que se manejan son aceptadas, podría hacer justicia también a todo el mestizaje que se ha producido en el país a partir de las diversas inmigraciones de árabes, europeos y descendientes de las múltiples etnias americanas que han llegado en las últimas décadas de los países vecinos. Así, una política que se ha condenado por su apariencia sectaria y excluyente, terminará, gracias al empeño ancestral de la etnia Bereber, convirtiéndose en el reconocimiento a la rica diversidad cultural y étnica de la que está compuesta la venezolanidad.

Ah, por cierto, para quiénes somos descendientes directos de los canarios, como es mi caso, nunca ha habido duda de que el empeño presidencial es en reconocimiento de que también formamos parte de la identidad de esta tierra de gracia. Iru, en tu caso tampoco cabe duda, pues te cuento que está reconocido y aceptado que los Vascos descienden de los Bereber.

Una cosa más. Debo reconocer que, desde que comenzó este gobierno, me ha preocupado profundamente que este ha utilizado una concepción de identidad nacional estática y anacrónica que solamente reconoce como acervo de la venezolanidad el existente durante el período precolombino y para algunas cosas se extiende hasta 1830. Sin embargo, este empeño del presidente en rescatar nuestras raíces africanas, transforma esa visión para convertir la concepción de identidad nacional en una de las más avanzadas y eso, me tranquiliza, porque es un paso importante para reconocer la inmensa diversidad cultural de un país que, de acuerdo a sus estadísticas, es en un 44 % binacional. Esto nos ayudará a comprendernos mejor y a sembrar las bases para un nuevo entendimiento en Venezuela.

Olga Ramos

05/01/2008

olgaramos@cantv.net

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