viernes, diciembre 21, 2007



2007: un balance muy educativo / Olga Ramos
Asociación Civil Asamblea de Educación

2007 ha sido un año de mucha intensidad para Venezuela. En el sector educativo, el año nos recibió con dos importantes noticias: el nombramiento de Adán Chavez como nuevo Ministro de Educación y el lanzamiento del Motor Moral y Luces como uno de los impulsores del avance del país hacia el Socialismo del Siglo XXI. Con estas dos noticias parecía abrirse una nueva etapa en la política educativa, cuyo signo había sido adelantado en agosto de 2006 por el propio Isturiz, cuando lanzó la máxima programática: "estamos ideologizando, ¿Y que?"

El hermano del presidente, el llamado a concretar las tareas difíciles del gobierno, su hombre de confianza, resultó ser a la vez, Ministro de Educación y cabeza de la Comisión Presidencial para instrumentar el tercer motor, el Moral y Luces. Llegó ofreciendo, en el marco del que entonces se denominaba "Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2021, dar continuidad a las políticas iniciadas por Isturiz, aunque aclarando que esta nueva etapa tendría un acento curricular. El contenido y orientación de dicho "acento" comenzó a tejerse en distintas declaraciones e intervenciones tanto del Ministro como del Presidente, quiénes en una suerte de juego del acertijo, comenzaron a revelar las bases y propósitos de los cambios.

Por una parte, bautizaron al Motor Moral y Luces con el eslogan "educación con valores socialistas" y anunciaron que su propósito era la promoción de la educación popular más allá de las escuelas, con el objeto de subsanar uno de los problemas más graves del proceso revolucionario, la ausencia del compromiso ideológico de sus partidarios con el ideario y la "ética" socialista. Este motor arrancaría con la producción de materiales y la organización de grupos de facilitadores que serían los encargados de promover el debate sobre estas ideas, en las plazas y empresas.

Por la otra, se comenzó a hablar de reforma curricular, anunciaron que ésta se basaría en el pensamiento de Simón Bolívar, el de Simón Rodríguez y el de Ezequiel Zamora y que con ella se pretendía formar al "nuevo republicano", al que respondería al "socialismo del siglo XXI", sustituyendo, según palabras del propio Ministro, "la pedagogía de formación capitalista por un sistema de educación socialista". Desde el mismo mes de enero, esta iniciativa arranca con la realización de un seminario con los Jefes de las Zonas Educativas para dar a conocer y debatir esas directrices, y con la solicitud, por parte de la ciudadanía, de que se aplicara el artículo 62 de la Constitución Nacional –que garantiza el derecho de todos los venezolanos a participar en la elaboración, gestión y evaluación de las políticas públicas y obliga al Estado a facilitar esa participación- y se abrieran espacios de participación real para debatir ese y otros de los temas que conformaban la política educativa del gobierno en el momento. Esto se hizo, el día 20, en la Plaza Brión de Chacaito, en una manifestación organizada por la Asamblea de Educación.

Por su parte, la Asamblea Nacional no tenía claro si el Proyecto de Ley Orgánica de Educación, cuya discusión se había iniciado 6 años atrás, iba a ser desarrollado por ellos o por el Presidente en el marco de la Ley Habilitante, por lo que un día anunciaban que retomarían el trabajo para aprobarla en segunda discusión y al siguiente, decían que no.

El año transcurrió entre jornadas, discursos y anuncios gubernamentales y entre reacciones, denuncias y exigencias por parte de los ciudadanos. De ellos, cabe resaltar:

La promulgación en marzo y abril, de sendos decretos, el 5.246 y el 5.287, en cuyo articulado, artículos 16 y 27 respectivamente, se echa por tierra, de un plumazo, sin consulta, incluso, sin notificación, una de las razones de ser del Proyecto de Escuelas Bolivarianas, la ampliación de la jornada escolar a jornada completa. Es importante recalcar que esta no es una característica más de este modelo de escuelas, algo que se puede tener o no, sin que afecte los propósitos que justifican la creación de las mismas, sino que se trata de una de sus características fundamentales.

Gracias a la jornada completa se pueden incorporar dos aspectos, que conjugados, persiguen mejorar la equidad en el funcionamiento del sistema escolar. Estos aspectos son: la atención integral, que incluye alimentación, atención en salud y actividades complementarias de apoyo al proceso de aprendizaje, tres elementos que inciden en la generación de igualdad de oportunidades entre los estudiantes; y la formación integral, que se da a partir de la ampliación de los contenidos y actividades, académicas y extra-académicas, y de la incorporación de esquemas de trabajo y de organización de los contenidos más flexibles, que son posibles en un régimen de jornada completa, tanto porque el docente está a tiempo completo en la escuela, como porque la escuela cuenta con más tiempo para organizar el trabajo. Sin la jornada completa las escuelas no podrán desarrollar el modelo previsto en el Proyecto de Escuelas Bolivarianas y por tanto, no podrán ser denominadas como tales, a pesar de lo que se establezca en esos dos decretos.

Por cierto, este año, una vez más y para no perder una costumbre iniciada por Isturiz, se anunció que el próximo año, en este caso, el 2008, todas las escuelas serán Bolivarianas. Lamentablemente, como en años anteriores, esta oferta no fue acompañada de un plan de acción y con presupuesto asignado y comprometido que permita, realmente, concretar o alcanzar dicha meta.

El hallazgo de algunos investigadores, quiénes basándose en las propias estadísticas del Ministerio de Educación, revelaron al país que este año se presentó una fuerte disminución de la matrícula escolar y que en los primeros grados de Educación Básica se registraban menos estudiantes inscritos que nueve años atrás. Esto significa que la ilusión de inclusión que el gobierno nos ha vendido desde su primer año de gestión, ha quedado trágicamente desmontada con sus propias cifras.

Las denuncias de los diversos intentos del gobierno por llevar a cabo su propósito de "adoctrinar" a la población, revelan que los componentes más importantes de dichos esfuerzos, son el culto a la persona del Presidente, una nueva lectura de la historia de Venezuela y un juego manipulador y maniqueísta de las ideas asociadas a los modelos capitalista y socialista. Así, el país pudo presenciar, a lo largo de todo el año, una basta muestra de materiales, entre documentos y presentaciones gráficas, que constituían los "panfletos" para el proselitismo político de la revolución. Muestra en la que el poder legislativo, que no pudo estar ausente, tuvo su actuación estelar en las declaraciones de la Presidenta de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional cuando propuso que se incluyera en los programas, el estudio del "pensamiento" del Presidente de la República. Una pincelada que apunta a convertir el promovido culto a la persona, en nuestra propia "religión política".

La realización de jornadas de "socialización" de la estructura curricular que caracterizaría al "Sistema Educativo Bolivariano" y de "formación docente" en los "fundamentos de la Educación Bolivariana y de la formación del ciudadano del siglo XXI". Esta última, una jornada diseñada para desarrollarse en 300 horas, fue el abreboca o la primera edición de lo que se esperaba que todos los docentes cursaran, de forma obligatoria, para que estuvieran preparados para desarrollar el nuevo diseño curricular. Jornadas de "socialización" o de "formación" fueron el escenario del que se ha valido el gobierno desde el principio de año y hasta la fecha, para presentar a una parte de los docentes las ideas que sustentan al cambio curricular y que desde octubre en adelante, han sido el escenario de "validación" del "nuevo diseño", de acuerdo a los anuncios hechos por el propio Ministerio.

Y este último punto nos lleva a uno de los momentos más memorables de este año que termina: el anuncio del inicio de la implementación del nuevo diseño curricular en las escuelas. Este momento se compone de varias fases. La primera la protagoniza el Ministro quien, 12 días antes del inicio del año escolar, anuncia al país que el 16 de septiembre, en la víspera del inicio de clases, presentará, a su hermano, el Presidente, el nuevo diseño curricular, quedando establecido así que: a) el nuevo diseño curricular comenzaría a instrumentarse desde el inicio del año escolar 2007-2008; b) ni los maestros, ni las escuelas, tendrían la oportunidad de conocer previamente este diseño y mucho menos de ajustar su planificación a los nuevos enfoques y contenidos; c) el Ministro, como efectivamente debe ser, trabaja para su hermano, y por tanto, es a él a quién debe presentar los nuevos programas y no al país a través de una detallada exposición pública y d) la elaboración y aprobación del nuevo diseño no contaría con la participación y discusión de otros actores de la sociedad que no sean los elegidos por el Ministerio y el gobierno, es decir, algunos de los funcionarios y algunos de los docentes, quiénes realmente no participaron en este proceso, sino como público o en el mejor de los casos, como "validadores".

En el marco de esta primera fase y en carta abierta al Ministro de Educación, exhortamos a ese despacho a reconsiderar este anuncio y a posponer la aplicación de nuevo diseño curricular en las escuelas, hasta que, mediante aplicación del artículo 62 de la Constitución, se abriera un proceso de difusión y discusión del mismo, como propuesta, para recoger sugerencias y observaciones de los profesionales de la educación, de las comunidades educativas y de todos los sectores del país que quieran participar, y que, una vez enriquecidos por este debate, sean aprobados y presentados en versión definitiva con el tiempo suficiente para que las escuelas y en especial de los profesionales de la educación, puedan prepararse para su instrumentación en el siguiente año escolar.

La segunda fase de este momento estelar, la protagonizan el Ministro de Educación y el Presidente de la República en la cadena matutina que, el 17 de septiembre, con motivo del inicio de clases, se trasmite al país. En ella, el Presidente, material en mano, explica los pilares en los que se sostiene el nuevo diseño curricular y reitera el anuncio hecho en enero, en el que se establecían algunos de los fundamentos del "Sistema de Educación Bolivariana" y presenta su nueva estructura adelantada de contrabando en uno de los decretos aprobados en el segundo trimestre del año. Los pilares, añadido de última hora a este nuevo diseño, tal como reza en los documentos que, previamente a estos anuncios, se habían colado por los caminos verdes; así como el estudio del material que, en el silencio de la madrugada del 17, hizo el Presidente, fueron condición necesaria para que, final y oficialmente, saliera a la luz pública alguna información sobre el esperado nuevo diseño con el que se concretaba el "acento" curricular de la nueva etapa de la política educativa iniciada en enero.

Al inicio del año escolar, los anuncios conjugaban las mencionadas características del diseño, con otras medidas como la creación de un examen nacional diagnóstico que permitiría medir el nivel de conocimientos de los estudiantes al inicio del año escolar; la evaluación de los textos educativos presentes en el mercado, con el propósito de elaborar una lista de libros que, por ajustarse a los requerimientos del nuevo currículo, serían de uso recomendado por el Ministerio de Educación; el cambio de huso horario con el que se beneficiaría el desarrollo de los niños; y la elaboración, por parte del Ministerio de un texto único, ajustado al nuevo diseño y de uso obligatorio, que comenzaría a utilizarse en las escuelas a partir de enero de 2008.

La tercera fase del momento más memorable del año que termina, resulta un tanto difusa y quizá un poco difícil de reconstruir y caracterizar, debido a que probablemente aún no termina. Esta fase incluye una modificación progresiva del momento y el ámbito de aplicación del nuevo diseño que pasó de ser de implementación nacional a partir del 17 de septiembre, a implementación progresiva que se comenzando en las Escuelas Bolivarianas durante el año 2007-2008 para ampliarse luego al resto del sistema educativo, y la versión recién salida del horno, anunciada en estos días por el propio Ministro, que dice que la elaboración del nuevo diseño curricular terminará en enero, seguidamente se someterá a validación para ser ratificado en abril, con lo que se dará inicio a la formación de los docentes y finalmente, será implementado en escuelas públicas y privadas a partir del año escolar 2008-2009.

Esta interesante y novedosa versión del momento y el ámbito de aplicación del nuevo diseño, permite explicar algunos misterios, el primero de ellos el del propio diseño curricular que, de acuerdo al ofrecimiento de la cadena del 17, estaría el lunes siguiente en las escuelas, pero que hasta la fecha no ha hecho su aparición, a pesar de que, la sección inicial, donde se presentan los elementos de estructura y fundamentación del sistema, se puede bajar desde finales de septiembre de la página del Ministerio. Claro está, una parte del misterio que no se explica es cuáles eran los documentos del nuevo currículo que el Presidente exhibía y hojeaba orgulloso, el día de la cadena de inicio de año escolar.

Por otra parte, la novedosa versión, si permite explicar la ausencia de la lista de textos recomendados por el Ministerio, ya que difícilmente pudo haber sido elaborada con base en un diseño que ahora sabemos que no está listo y que será realmente terminado el próximo mes de enero. Y por esa misma razón, nos llama la atención el contenido y justificación de las diversas jornadas, en algunos casos de capacitación y en otros de validación, que de acuerdo a la información suministrada por el Ministerio se han desarrollado, prácticamente a lo largo de todo el año.

Así pues, llegamos a Diciembre y pasada la tensión de referendo, al hacer un balance de lo sucedido en el sector, encontramos que el "acento" curricular que el nuevo Ministro quiso imprimir a la política educativa en esta nueva etapa, hizo que la discusión se centrara en torno al sesgo ideológico que se quería y quiere dar al nuevo currículo. Que éste, a pesar de todos los anuncios, aún no está listo ni podrá implementarse en las escuelas hasta el próximo año escolar. Sin embargo, aunque por ello, el Ministerio se encuentre a tiempo para presentarlo al país y abrir un proceso de consulta realmente participativo, este no parece comprender el significado de palabras como participación y consulta. Al respecto, queremos recordarle al Ministro y a buena parte de los funcionarios de ese despacho, que validación y consulta son términos con significados muy diferentes y que participar implica formar parte del proceso de diseño y discusión, tener voz en él e incidir en el resultado final. No se trata de ir a escuchar "charlas" que, al parecer, es lo que Ministro cree que hay que hacer.

En cuanto al Motor Moral y Luces, si tomamos como referencia los resultados del referendo para la reforma constitucional y le sumamos el análisis que hacen algunos de los partidarios del gobierno a raíz de los mismos, se desprende su aparente fracaso. No nos queda claro si se trata de un problema de diseño o de implementación, lo que si sabemos es que la población parece que aún no se "convierte" al socialismo, por lo que, al respecto, hay propuestas como la que adelanta Fundasucre que plantea la creación de la "Escuela de Formación Socialista Bárbaro Rivas", con la que se persigue promover que el pueblo conozca más el socialismo. Obviamente se trata de una versión diferente del tercer motor. La persistencia de este tipo de iniciativas y propuestas, evidencia que todavía hay muchos que no aprenden la lección que dicta el pueblo y se empeñan en estrellarse en el avión del adoctrinamiento, con el foco y la brújula lejos de lo que es importante para éste.

Terminamos el año, casi como lo comenzamos, sin avances notables en el "acento", con notables fracasos y fuera de foco en lo que es relevante para el sistema educativo. Mientras tanto, la exclusión amenaza con avanzar, las propuestas que promueven cambios de fondo se combaten, se dejan de lado, se modifican sin explicación, como en el caso de las Escuelas Bolivarianas, o, en el mejor de los casos, solo se les asignan migajas de esfuerzo y presupuesto. Lo que si cambió fue el huso horario aunque haya sido a última hora y con otro meridiano de referencia. ¡Ah! y la Asamblea Nacional también termina el año re-editando su amenaza de retomar la discusión de la ley de educación el próximo año.

Olga Ramos

21/12/2007

jueves, noviembre 29, 2007

Apuntes en torno al proceso de “reforma” constitucional / Olga Ramos

A esta altura, buena parte del debate que se ha desencadenado a raíz de la propuesta de reforma que presentó el Presidente Hugo Chavez ante la Asamblea Nacional y que, después de haber sido modificada por el poder legislativo, será sometida a referendo consultivo este domingo, se ha centrado en tres aspectos: la validez del mecanismo utilizado, el contenido del articulado propuesto y la acción de lucha más efectiva para quiénes se han declarado en desacuerdo tanto con el contenido, como con el mecanismo utilizado.

Mi reflexión, no va dirigida, sino tangencialmente a alguno de estos aspectos. Esto es así, porque creo que, antes de que se efectúe el referendo consultivo, es necesario colocar algunas cosas en su lugar.

La Constitución de 1999 no es la mejor Constitución del mundo

La primera de ellas, es que, a diferencia de lo que, en más de una oportunidad, han expresado públicamente diversos voceros de la oposición y del oficialismo, para fundamentar su desacuerdo con la propuesta de reforma, creo la Constitución de 1999 no es, ni puede considerarse, como la mejor Constitución del mundo.

No lo es, porque a pesar de que su texto incluye quizá el mejor articulado que en términos de Derechos Humanos podríamos aspirar, no podemos olvidar que esta Constitución establece, entre otras, un sistema profundamente presidencialista y centralista, dando al traste con los esfuerzos de descentralización política que se venían adelantando en Venezuela. Además, sería hipócrita negar o ignorar, a esta altura, que el texto vigente tiene muchos vacíos e incoherencias que hacen difícil su interpretación y que, en muchas oportunidades, nos ha dejado a merced de la arbitraria interpretación de personeros del gobierno o de los magistrados del TSJ. Y finalmente, tenemos que recordar que, a pesar de haber sido producto de un proceso constituyente y refrendada por un referendo consultivo en el que podía participar todo el electorado, la misma nació marcada con el signo de la exclusión y muchos habitantes de esta tierra, tienen sobradas razones para no sentirse identificados con importantes partes de su articulado.

Sin embargo, como muchos hemos sostenido en diversas oportunidades, esta Constitución, la sancionada en 1999, en este momento, constituye el marco normativo fundamental del país y por tanto, como ciudadanos acudimos a ella y tenemos la responsabilidad de defenderla ante cualquier intento de violarla. Eso forma parte de nuestros deberes ciudadanos y de la vocación que deberíamos tener todos por respetar la institucionalidad existente.

Claro está, no se trata de una defensa ciega y a ultranza de la institucionalidad, si, por razones de principios, o de sus consecuencias prácticas, se demuestra que no es la mejor o que definitivamente no funciona. Por eso es que, frente a los defectos y aberraciones normativas que podemos encontrar en ella, como en cualquier texto legal, nuestro deber es ser críticos y proponer su modificación. En este punto, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que ese fue el motivo que movió tanto al presidente como a los diputados para proponer los cambios que serán sometidos a referendo el domingo. Pero, obviamente, haciendo la salvedad de que también estamos más que seguros de que los arreglos que, en buena parte, ellos pretenden, distan mucho de los que aspira la mayoría de la población venezolana.

Dicho esto, surge un par de preguntas que creo que es imprescindible que todos nos hagamos: Si tuviéramos que hacer modificaciones a la Constitución de 1999 ¿qué le cambiaríamos? ¿se trataría de algo que pudiera resolverse mediante una reforma o los cambios son de tal tenor que requerirían un proceso constituyente? Estas preguntas debimos comenzar a responderlas desde hace mucho tiempo, pero nunca es tarde para hacerlo, ya que su respuesta nos permite, como sociedad, abrir espacios de diálogo, comprensión y entendimiento, entre todos, especialmente con quiénes creemos que podemos tener las mayores diferencias y a partir de ellos, identificar posibles terrenos donde es posible establecer acuerdos. Ambos elementos, indispensables para ayudarnos a salir del atolladero en el que, como país, estamos metidos.

La lucha de oficialistas, opositores y “ni-ni”, coincide en propósito

Lo segundo que hay que poner en su lugar, es el reconocimiento de que, más allá de nuestras inclinaciones políticas actuales, existe un propósito que nos debería unir a todos los venezolanos. Este propósito, que para muchos existía previamente al triunfo electoral de Hugo Chavez en 1998, y que para otros ha sido un descubrimiento de estos últimos años, pero que a todos nos inquieta cada día más, es: la salida de la profunda crisis social, política y económica por la que atraviesa Venezuela.

Y tenemos que reconocer que este es un punto de coincidencia que, a pesar de que cada quién analiza y aborda a su modo, constituye el motor, o uno de los motores, de la acción política tanto de los ciudadanos como de los políticos, de los tres grupos que se puede identificar hoy en Venezuela. Incluso de los que se decantan por “no actuar” o no involucrarse en la política, porque, entre otras, con la “no acción”, tratan de mantenerse al margen y por tanto, de no contribuir, a profundizar lo que, frente a sus ojos, está mal.

Si, aunque no nos guste escucharlo, en esto, coincide Hugo Chavez con Escarrá, Iris Varela con Ramos Allup, Freddy Bernal con Nixon Moreno, o como nos gusta escuchar más en estos días, Hector Rodríguez con Yon Goicochea, pero en definitiva, coincidimos o deberíamos coincidir todos con ellos.

Pero más allá de asumir que es nuestro punto de coincidencia, tenemos también que reconocer que es un propósito cuyo alcance, en la práctica, hemos emprendido desde hace ya muchos años, diversos grupos de ciudadanos, cada quién como ha podido y entendido y que, hasta el momento, ha producido, entre otras cosas:

  1. La fuerte crítica a la acción política de los partidos tradicionales, que contribuyó notablemente a su deslegitimación.
  2. La extensión de la acción ciudadana organizada que, desde los inicios de la democracia, se daba solamente en algunos sectores de la sociedad, en particular en los sectores populares. Extensión que fue posible gracias a la insurgencia de nuevas formas de organización y de acción ciudadana vinculada al ejercicio de los derechos políticos y que ha permitido, no solamente que esta se manifieste en los más diversos ámbitos del territorio nacional, sino que se exprese en aspectos que tradicionalmente no se reconocían como propios de la acción ciudadana.
  3. La producción y puesta en marcha desde el seno mismo del Estado, de iniciativas como la descentralización política y administrativa y la reforma del Estado y de los órganos de la Administración Pública.

Incluso, aunque a muchos se les olvide o no les guste reconocerlo, a esta coincidencia debemos el triunfo de Hugo Chavez en las elecciones de 1998 y su ratificación en procesos electorales posteriores. Triunfo que se origina, en muy buena parte, en la visión que muchos ciudadanos tenían, y probablemente aún tienen, de que la salida a la crisis en Venezuela, sólo es posible, de la mano de un líder que tenga la fuerza y la voluntad para “poner orden”.

No obstante, a pesar de que se trata de un propósito común para la mayoría de los venezolanos, en cuyo logro buena parte de la población ha puesto su empeño, hemos de reconocer que aún estamos muy crudos, que nos falta mucho para lograrlo. Esto, entre otras, es debido a que:

  1. La lucha no ha sido mancomunada, sino que se ha convertido en una disputa, entre sectores, por obtener el poder y mantener o ganar ciertos privilegios. Ante la necesidad de reconocimiento del otro y de inclusión, ha dominado un esquema de exclusión de quién piensa diferente. Esto sucede entre partidarios y contrarios al gobierno, pero también sucede a lo interno de cada uno de estos grupos.
  2. Los esfuerzos realizados por el actual gobierno, no han apuntado al fondo del problema, y sus prácticas, lejos de contribuir con los cambios necesarios, han reproducido y magnificado las formas de acción y los esquemas que, con mucha razón, hemos rechazado.
  3. Todos, en mayor o menor medida, hemos mordido la estrategia de la polarización y con muchas de nuestras actitudes y acciones, la alimentamos a diario.
  4. No hemos podido identificar bien cuáles son los problemas de fondo, no tenemos acuerdos sobre ello, pero además, hemos hecho una lectura superficial y parcializada de lo que sucede en el país que nos ha impedido también construir acuerdos mínimos sobre el país que queremos y toda salida a la crisis, está asociada por naturaleza, a la búsqueda de ideales de sociedad.

La reforma y su referendo son sólo el hito del momento

Lo dicho hasta aquí nos lleva a comprender el lugar que debemos darle a la reforma y el referendo asociado a ella. El proceso de “reforma” constitucional y el referendo consultivo sólo constituyen una coyuntura en la dinámica de vida del país y un hito en la lucha por sacar a Venezuela de la crisis que atraviesa.

Esta lógica nos obliga a preguntarnos ¿cómo incide la propuesta de reforma y el proceso emprendido en torno a ella, en la salida a la crisis que Venezuela demanda? Aquí, sin pretender ser exhaustiva, me atrevo a mencionar algunos efectos positivos y negativos que ha tenido el proceso de reforma para el país. Como efectos positivos podemos identificar que:

  1. El mecanismo utilizado, pero en especial el contenido de la propuesta, permitió que se expresara un espacio de coincidencia entre sectores que adversan al gobierno y sectores que lo apoyan. Espacio que puede servir como punto de partida para la identificación de los terrenos comunes de acuerdo a los que me referí al comienzo de este texto.
  2. Permitió que comenzáramos, de nuevo, a reconocernos unos a otros como actores válidos y necesarios, aunque esto todavía lo hacemos de forma muy oportunista e incipiente. Es decir, reconocemos al otro porque me beneficia su posición, no porque lo considero un interlocutor válido con el que debo y quiero sentarme a construir el país que queremos.
  3. Permitió también que los ciudadanos volviéramos a centrar nuestra atención en el país, que retomáramos nuestra preocupación sobre lo que en él pasa, pero lo más importante, que retomáramos el ejercicio de nuestra ciudadanía política.
  4. Permitió que se despertara e insurgiera un movimiento y un liderazgo juvenil, con planteamientos frescos, pero serios y profundos, que está marcando ciertas pautas éticas y políticas, no sólo en la oposición, sino también en los sectores que apoyan al gobierno.
  5. Por otra parte, permitió que se expresara una divergencia abierta y de planteamientos robustos en el seno de los grupos que apoyan al gobierno y que, de mantenerse allí, permitirá fortalecerlos que es algo también muy necesario para que la dinámica política del país cambie positivamente.
  6. Finalmente, permitió que se expusieran abiertamente ciertas prácticas e intenciones por parte del gobierno, que lo hacen más vulnerable frente a sus partidarios y más cuestionable nacional e internacionalmente.

Si nos referimos a los aspectos negativos que este proceso ha ocasionado, podemos citar:

  1. El regreso a la utilización, por parte de algunos sectores afectos al gobierno, de la violencia como mecanismo para dirimir las diferencias entre los venezolanos. Y la profundización de la utilización de los organismos de seguridad del Estado para reprimir injustificadamente a las manifestaciones que no favorecen a la posición oficial, construyendo así, en la práctica, un esquema de exclusión por razones políticas, absolutamente indeseable para Venezuela.
  2. En algunos sectores de la sociedad, se ha profundizado el odio y la polarización.
  3. La profundización de la lógica y las prácticas revolucionarias, así como el afianzamiento de un lenguaje y un simbolismo militar y de guerra. Y en este caso, no me refiero a la lógica revolucionaria desde la visión romántica que tienen algunos respecto a la promoción de cambios políticos de fondo y mucho menos a la visión asociada a los cambios de paradigma que se dan en la ciencia y en la tecnología; me refiero a la lógica revolucionaria acuñada por Lenín y desarrollada por el “Che”, según la cuál, y me perdonan la simplificación por razones de foco y espacio, frente al “Estado Opresor” (que es la naturaleza que reconocen que éste siempre tiene), se requiere crear un contra-poder (que en el caso del Che se identifica como un poder militar y por eso todo el impulso a las milicias y a la formación de los milicianos que se a emprendido desde el gobierno en los últimos años), para que, mediante el proceso revolucionario se destruya al Estado y se cree otro que permita imponer la construcción de la “Sociedad Socialista”. Y en esta lógica se habla de imponer la construcción de la sociedad socialista, porque desde la perspectiva de Lenín, la conciencia de la sociedad reside en una vanguardia intelectual –que sí sabe lo que nos conviene- y quiénes, a través de la acción del Estado, la inoculan a cada uno de los ciudadanos, creando así, al “hombre nuevo”.
  4. Y también hemos de apuntar que, por diversas razones asociadas, a sus características actuales, pero fundamentalmente al contenido de la reforma y a las amenazas que del mismo se infieren, los ciudadanos y los grupos que se encuentran en la oposición, poco han sabido aprovechar la coyuntura que nos brindó la propuesta de reforma para avanzar, efectivamente, en la construcción de una alternativa política, es decir, para organizarnos y articularnos, constituir una opción de poder –léase un liderazgo con validez y credibilidad- y una opción de proyecto para sacar de esta crisis a Venezuela y construir un país diferente.

Lo dicho en esta parte, se relaciona con el proceso que se desencadenó con la iniciativa de realizar una “reforma” a la Constitución vigente. Pero también es necesario hacer algunas consideraciones sobre el contenido del texto de la propuesta de “reforma”.

Tres aspectos clave de la propuesta de reforma

Hasta la fecha, muchas personas se han esforzado para analizar el articulado de la propuesta de la reforma y poder señalar sus defectos, amenazas y riesgos. En algunos casos nos han presentado análisis detallados y completos y en otras, se han enfocado en los aspectos que consideran más negativos o riesgosos. En mi caso, sólo pretendo hacer unas consideraciones sobre tres aspectos que considero clave y negativos de la propuesta de reforma. Estos son los siguientes:

  1. El aumento concentración del poder que tiene dos claras consecuencias: la primera de ellas es la expropiación a los ciudadanos del poder de decisión en los asuntos públicos, poder que actualmente le consagra el artículo 62 de la Constitución vigente y de la soberanía, que debe residir en el pueblo, por parte del Presidente de la república a través de un esquema que debilita a las instancias descentralizadas y establece la tutela presidencial de los Consejos Comunales; y la segunda es la invasión del ámbito público en el privado derivada de la excesiva reglamentación de asuntos propios de la vida privada y del ejercicio de la ciudadanía política y de los derechos sociales y económicos.
  2. La solución de cangrejos institucionales disfrazada mediante la creación de mecanismos paralelos. Esto se ve claramente en la fórmula mediante la cual se pretende dar rango constitucional a las misiones, creando una institucionalidad paralela a la administración pública con la pretensión de que esta tenga beneficios de gestión que no se encuentran en el funcionamiento de la administración pública existente. La creación de este sistema paralelo, además de hacer más engorroso y costoso el funcionamiento del Estado, esconde la incapacidad de este gobierno por promover reformas en la administración pública que permitan mejorar efectivamente su funcionamiento.

Otro ejemplo que se puede citar en este caso y que está muy asociado a la expropiación del poder de los ciudadanos y de la soberanía, es la creación de un entramado de nuevas figuras político-territoriales, con el propósito de garantizar el control del Estado sobre los planes de desarrollo nacional y sobre la justa y equitativa producción del bienestar colectivo en el país. Esta “solución” esconde la incapacidad del gobierno central para coordinar y promover un proceso de planificación y desarrollo nacional, basándose en el trabajo del Consejo Federal de Gobierno y con el concurso de las instancias de gobierno descentralizadas que existen actualmente.

  1. La creación de una ilusión de inclusión que se esconde tras la promoción de esquemas excluyentes. En este caso nos referimos al condicionamiento que se hace del ejercicio de derechos y libertades ciudadanas, al asociar los ideales nacionales a la construcción de un sistema socialista. Pero también hacemos referencia a un aspecto poco mencionado en los análisis que sobre el texto de reforma constitucional se han hecho y es la forma como pretende consagrarse el denominado “derecho a la ciudad”.

Para quienes aún no tienen idea de a qué se refiere el mencionado texto con el “derecho a la ciudad”, les adelanto, en una primera pincelada, que se trata del establecimiento del usufructo y el disfrute equitativo de los derechos individuales y colectivos ateniéndose a los principios de sustentabilidad y de justicia social. Este es un derecho en el que diversos grupos han venido trabajando en foros internacionales, a raíz de algunos conceptos emitidos en la Cumbre de la Tierra que se celebró en 1992 y que ha tomado cuerpo en los últimos 5 años en el marco de la celebración del Foro Social Mundial y de otros encuentros internacionales y que actualmente cuenta con el apoyo de autoridades locales y nacionales de diversos países, entre ellos Venezuela y de agencias como Naciones Unidas, UNESCO y el Programa Hábitat.

Uno de los elementos que es importante tomar en consideración en el establecimiento de este derecho, es que en la carta que lo consagra se asumen como “ciudades” a todos los tipos de asentamientos humanos que existen, independientemente del tamaño y del rol estratégico que jueguen en los sistemas de ciudades de los países. Esto permite comprender que el desarrollo de este derecho, no pretende un trato justo e igualitario entre los habitantes de cada ciudad solamente, sino que plantea que es un derecho que debe ser desarrollado por igual para los habitantes de todos los asentamientos, corrigiendo así, no solamente la discriminación intra-ciudad, sino también, entre ciudades.

Sin embargo, cuando leemos el texto del artículo que consagra este derecho en la propuesta de reforma constitucional, encontramos que el mismo se consagra para todos los habitantes de una ciudad, pero con el condicionante de que las características de su disfrute dependerán del “rol estratégico” que la mentada ciudad juegue en el sistema de ciudades. Se trata, sin lugar a dudas, de una redacción que consagra constitucionalmente la inequidad en el disfrute de los derechos ciudadanos basada en la exclusión “estratégica” de los habitantes de acuerdo a la ciudad en la que residen.

¿Qué nos toca hacer ahora?

Más allá de lo que cada quién decida hacer este domingo, a los habitantes de este país nos corresponde convertirnos en verdaderos ciudadanos. La construcción de esta ciudadanía pasa por, al menos, dos cosas, un cambio de actitud frente al país y el asumir que el compromiso forma parte integrante y natural de nuestra condición ciudadana.

La nueva actitud, que en algunos casos ya comienza a evidenciarse, pasa por entender en primer lugar, que nuestro acción frente a lo que sucede en Venezuela no puede restringirse a aspectos meramente coyunturales, sino que tiene un horizonte temporal de largo plazo. Por lo que tenemos que entender y asimilar que nuestro propósito apunta a ayudar a sacar a Venezuela de la grave crisis en la que se encuentra y que por lo tanto, el 2 de diciembre no termina, sino que continúa nuestro trabajo. En este marco, lo primero que podemos hacer es una sincera y profunda reflexión individual y privada que nos permita saber si estamos dispuestos a comprometernos con un propósito tan exigente y de largo plazo; que nos permita saber si superamos el síndrome que ilustra la canción “muerto en Choroní” que refiere la actitud propia de quién cree que lo que sucede en Venezuela no es su problema y que lo único que pide es que lo “dejen en paz”; si lo único que queremos es sacudirnos una “molestia” o si, efectivamente estamos dispuestos a asumir el reto de construir un futuro diferente para el país y en consecuencia, determinar cuánto tiempo y esfuerzo podemos dedicar a ello.

En segundo lugar, el cambio de actitud pasa por asumir que nuestras acciones deben estar enmarcadas en una visión estratégica, lo que significa que todo lo que hagamos cotidianamente, todas nuestras pequeñas acciones políticas, deben estar enmarcadas y dirigidas a la consecución de nuestro propósito y para orientarlas, siempre debemos preguntarnos: ¿cómo incide esta acción o esta estrategia en la salida de la crisis? ¿fortalece o deteriora los espacios de diálogo, reconocimiento, entendimiento y comprensión entre los diversos grupos y en general, entre los ciudadanos? ¿contribuye a fortalecer a los actores políticos y a la dinámica que se da entre ellos? Pero esta visión estratégica también se expresa en que cada acción debe tener un propósito específico y una forma de saber si lo alcanzamos. Como pueden ver, se trata de ejercer nuestra ciudadanía política de forma crítica y consciente y de incluir, de forma permanente este ejercicio en nuestras agendas.

A esto debemos agregar que, en el caso de los ciudadanos que se identifican como parte de los grupos de oposición, también es pertinente que preguntarse: ¿cómo contribuye cada acción a la construcción de una alternativa política? ¿nos permite crecer en organización? ¿nos permite encontrar acuerdos y dibujar mejor un proyecto de país? ¿permite que se perfile un liderazgo robusto y sólido?

Por otra parte, asumir que el compromiso forma parte integrante y natural de nuestra condición ciudadana, pasa por entender y practicar la responsabilidad como norma de vida, lo que implica comprender que la posición y los propósitos que asumimos están asociados a la realización de unas acciones que nadie emprenderá por nosotros; que lo que hagamos o dejemos de hacer tiene consecuencias y tenemos que asumirlas como tales; que nuestro bienestar tiene sentido en el marco del bienestar colectivo y en consecuencia, debemos cambiar el foco con el que miramos al país y al bienestar que en él se construye, poniendo el foco en los espacios de convergencia de los intereses, en la identificación de aquellos aspectos que nos permitirán a todos tener efectivamente un buen vivir. El compromiso y la responsabilidad ciudadana también pasan porque hagamos ejercicios reales de convivencia que implican que seamos capaces de ponernos en los zapatos del otro para comprenderlo, que seamos capaces de aceptarlo tal cual es y también que seamos capaces de aceptarlo cuando piense diferente y que frente a ello, nuestra apuesta sea por la construcción de espacios de encuentro, diálogo y entendimiento con quienes tengamos efectivamente diferencias.

Y en este punto, no podemos evitar recordar que muchos llamados a la unidad se han hecho a lo largo de estos años. Sin embargo, estos no han tenido como consecuencia sino intentos fallidos, porque han tratado de imponerse en momentos en los que se consideraba estratégico exhibirlos; porque han sido demandados a la “dirigencia” o al “liderazgo” político, cuando no estaban sustentados ni siquiera en coincidencias identificadas en las bases de sus movimientos o en la población; y porque su contenido ha estado signado por la conveniencia frente al alcance de objetivos coyunturales y no por su pertinencia en la construcción de una alternativa de proyecto para Venezuela o en la búsqueda de la salida a la crisis que ella atraviesa.

Finalmente, con nuestras palabras y también con nuestras actitudes y acciones, tenemos la responsabilidad y el compromiso de construir un lenguaje y una simbología de paz que nos permita construir acuerdos efectivos y de fondo, contagiar a todos del entusiasmo por construir una salida para el país, pero también neutralizar las consecuencias negativas que la lógica revolucionaria ha venido implantando en Venezuela.

Olga Ramos

28/11/ 2007

olgaramos@cantv.net

martes, noviembre 27, 2007

Los análisis estadísticos / Olga Ramos

Una de las argumentaciones que se está utilizando en estos días, para promover la abstención, está relacionada con los múltiples problemas que se han observado en el Registro Electoral, es por esta razón que creo que importante hacer algunas consideraciones. La primera de ellas es que estoy totalmente de acuerdo con quienes plantean que es mucho más ético promover el voto diciendo la verdad sobre lo que puede suceder en las elecciones, que escondiendo o disfrazando información. Pero de igual forma, creo que la misma consideración ética se debe aplicar a todas las acciones políticas posibles en este momento, por lo que quienes promueven otro tipo de expresión de descontento político con la propuesta de reforma, como lo es la abstención, deben hacerlo diciendo la verdad sin esconder o manipular data o argumentación, para soportar la apuesta política que se persigue. Esto es algo que todos esperamos de quiénes asumen o pretenden asumir el liderazgo político en Venezuela.

En segundo lugar, quiero recordar que las críticas al Registro Electoral no nacen con este gobierno y que la mayoría de los problemas que se han encontrado en las auditorias que se han realizado en los últimos años, se relacionan con problemas que fueron originados antes de que se iniciara este gobierno y que nos guste o no, muchas de ellas, han tratado de ser solventadas por las últimas administraciones del CNE.

"Hoy un estudiante comió medio pollo y otro no comió ninguno: estadísticamente significa que cada estudiante comió medio pollo hoy"

Más o menos así rezaba un graffitti que podíamos leer en las paredes de una de las escuelas de la UCV a principios de la década de los años ochenta, época en la que era estudiante de la USB y en la que visitaba con frecuencia esa casa de estudios como parte de mi actividad política universitaria. Su contenido habla por sí solo de las críticas que, desde siempre, se han tenido a los análisis estadísticos, pero especialmente al empleo que de ellos se hace. Traigo esto a colación, porque parte de la lógica utilizada por quiénes se apoyan en las críticas al Registro Electoral para el llamado a la abstención, se sustenta en que dichas críticas, han sido realizadas por científicos que se utilizan análisis estadísticos con un alto grado de confiabilidad. Esta condición pareciera que da a estas críticas una validez incuestionable, que nos conduce a concluir que los análisis científicos son inapelables y que ante la "dureza" del análisis de los científicos, los ciudadanos no tenemos nada que decir.

Esto es algo con lo que no puedo estar de acuerdo, porque cualquier análisis científico puede confrontarse con otro. Efectivamente, de eso está hecha la evolución en las ciencias. Y al respecto debo decir que hay más de un grupo de científicos que se ha dedicado a analizar los resultados electorales, desde el referéndum revocatorio en adelante, en la búsqueda de evidencias del fraude electrónico. Muchos de ellos, en los últimos procesos electorales han decidido hacer un aporte efectivo y previo a los procesos electorales, por lo que, se han unido a los equipos técnico-electorales de algunos partidos y agrupaciones políticas para trabajar en los procesos de auditorias previas y de monitoreo del proceso electoral. Otros se han mantenido al margen de la participación en estos equipos pero han seguido con su trabajo y han tenido interacción con diversas personas y organizaciones. Pero también hay otros que han sido tradicionalmente militantes y participan en las filas de algunos partidos políticos. El que se unan o no a los equipos técnico-electorales de algunas organizaciones o que tengan legendaria militancia en las filas de un partido político, o que, sencillamente, se mantengan al margen de cualquier tipo de organización para el ejercicio de su ciudadanía política, no los hace ni mejores ni peores científicos, así como su condición científica no les vacía de contenido político sus análisis o los dota de una condición tal que les permita hacer análisis que estén exentos de intención política.

Es por esta razón que en el análisis del Registro Electoral no podemos quedarnos con el criterio emanado de un grupo de científicos, sino que habría que escucharlos a todos para tomar una posición. En otras palabras, a los ciudadanos nos sale escucharlos a todos y aplicar nuestra capacidad de análisis político para decantar nuestra posición al respecto. Y frente a la lógica argumental emanada por algunos de los que promueven la abstención utilizando para ello un informe presentado en el marco de ESDATA por algunos científicos, creo que es propicio revisar la lógica de análisis planteada por la Dra. Carín Ludeña, quién, además de ser una destacada experta en análisis estadístico y pertenecer a uno de los equipos técnico-electorales que apoyan la labor de algunos grupos y partidos políticos, ha sido reconocida por sus colegas como la persona que ha realizado algunos de los mejores análisis sobre la data electoral que se realizaron, a raíz de la celebración del referendo revocatorio, para tratar de encontrar evidencias de fraude electrónico.

La Dra. Ludeña, en un escrito realizado recientemente con motivo del contenido del informe de ESDATA al que he hecho referencia, afirma que “en efecto el Registro Electoral presenta severas deficiencias, algunas de las cuales son de índole técnico relacionadas con los mecanismos de supervisión, control y actualización de datos a partir del registro de venezolanos cedulados y otras con irregularidades en la base de datos, presentes aun desde antes de 1999, no corregidos y agravados por un manejo administrativo poco profesional”. Sin embargo, sobre el aumento del Registro Electoral que se evidenció entre los años 2004 y 2006, “no existe evidencia, a partir de la comparación de las características poblacionales de los nuevos y viejos electores, de que estos nuevos votantes correspondan a poblaciones fantasmas”, así mismo, la variación del Registro Electoral que se ha presentado entre septiembre de los años 2006 y 2007, “corresponde 102.861 a desincorporaciones por fallecimiento, 263.788 a nuevos inscritos y 328.638 a reubicaciones de las cuales unas 21.000 son involuntarias por cambio de centro de votación (creación de nuevos centros) y el resto corresponde a cambios voluntarios”.

Por otra parte, Ludeña llama la atención sobre la necesidad de tratar con cuidado la información relativa a los problemas denunciados como cambios de nombre o de dirección, ya que esta “no necesariamente se corresponde a la exclusión involuntaria de votantes o a la inclusión de votantes inexistentes”, lo mismo afirma sobre las denuncias de personas con mismo nombre y apellido, debido a que estas pueden ser sólo evidencia de “repetición de nombres comunes”, incluso cuando en estos casos se presenten fechas de nacimiento repetidas, no necesariamente corresponden a irregularidades. Al respecto afirma que “estos casos fueron estudiados por representantes de los partidos políticos tanto en los comicios anteriores como en los presentes sin evidencia de identidades ficticias” “Este tipo de denuncias alcanza a poco más de 200.000 electores”.

Agrega Ludeña en su análisis que “las denuncias correspondientes a la inscripción en el seguro social, o en la listas de telefonía móvil, tampoco pueden ser consideradas evidencia de irregularidades en un país en el cual un porcentaje importante de la economía es informal. En definitiva, que el Registro Electoral requiere de una depuración importante, de una constante vigilancia por parte de la ciudadanía y sobre todo de la creación de mecanismos supervisados de control, auditoria y seguimiento es innegable. Sin embargo, que las anomalías del Registro Electoral nos imposibilitan para participar en este proceso electoral de carácter nacional no tiene mayor sustento en base a los análisis efectuados”.

Pero volviendo al tema de los científicos y sus análisis sobre el Registro Electoral, debo decir que soy de la creencia de que los ciudadanos tenemos mucho que decir frente a los análisis de los científicos por muy bien fundamentados que parezcan, pues estos no son más que análisis que dan cuenta de una parte de la realidad. Es obvio que quién poco o nada sepa sobre los procesos electorales o quién nunca se haya detenido a hacer un análisis de la situación del Registro Electoral o de los procesos electorales, requiere más que buena voluntad y una interesante lógica para hacer un análisis profundo que tenga validez para otros ciudadanos, obviamente una validez que se construiría con elementos diferentes a la inferencia estadística, si la persona no tiene experiencia con ella. Una persona así, requiere estudiar mucho y leer mucho a otros, para poder hacer un análisis profundo y válido como el que esperamos, pero hasta una persona así, haciendo uso de un buen sentido común, puede aportar elementos a la discusión que resulten relevantes a la hora de hacer el análisis que necesitamos todos para tomar la decisión sobre si ir a votar no o no votar.

Y sobre el Registro Electoral, quiero decir algo más, que es algo que tengo años sosteniendo. El problema serio del Registro Electoral es externo al mismo, es un problema asociado al sistema de identificación y cedulación y para corregirlo, se requiere hacer una auditoria profunda a dicho sistema, no al Registro Electoral. Esto será posible en un futuro, pero en este momento no contamos con la voluntad y la fuerza política para lograrlo. Mientras lo logramos tenemos que decidir si ese problema nos impide aceptar al Registro Electoral como válido para la realización de los procesos electorales, y en ese caso, asumo como válido el análisis de la Dra. Ludeña al que me referí con anterioridad.

Finalmente, como ciudadana, frente a los comentarios que hacen muchos analistas avezados en el tema electoral, me pregunto si es posible hacer algo que permita contrarrestar la trampa, si la hubiese. Y la respuesta que encuentro es que entiendo que con las condiciones que tenemos, si logramos que existan testigos en todas las mesas y que los mismos se queden hasta el final, pero además, si logramos que la gente vaya a votar y corrobore el contenido de su boleta antes de depositarla, podemos garantizar la defensa del voto. Si el gobierno hace trampa electrónica, la apertura de las cajas lo dirá. Si trata de hacer trampa manual, los testigos de las mesas estarán allí para impedirla. Los científicos dicen que la apertura de las cajas que está prevista para más del 50% de los centros al finalizar la votación, es más que suficiente para garantizar la validez estadística de los resultados electorales. No hace falta hacer el conteo voto a voto. Sólo es necesario que la gente que vote NO, esté seguro de que la papeleta que deposita dice NO y NO y que los testigos estén en las mesas durante todo el proceso, incluso en la apertura de las cajas. El resto, es un problema de acción política, no es un problema técnico-electoral.

Y digo esto en contraposición a quiénes se empeñan en que es necesario hacer una auditoria exhaustiva de todo el sistema automatizado, con la certeza de quién, desde el referéndum aprobatorio de la constitución, cuando participaba activamente en la observación desde la Red de Veedores, ha estado con diversos grupos y en diversos escenarios, analizando y discutiendo los problemas y riesgos del fraude electrónico. Después de todos estos años, entiendo que la parte automatizada de los procesos electorales es tan delicada y frágil que la única manera de monitorearla y de que ello sirva para algo, está en el conteo de las papeletas, porque de resto, son muchas las variables que inciden y que siempre estarán fuera de nuestro alcance. El conteo de las papeletas lo tenemos, no con carácter vinculante como querríamos, pero lo tenemos, y por tanto, tenemos que echar mano de él, ya que constituye la herramienta que nos permitirá poner en evidencia la existencia de una trampa electrónica. Eso es lo que me lleva a sostener lo dicho anteriormente y a plantear que el resto es un problema de acción política y no técnico-electoral.

Y hablando de acción política, creo que hemos perdido una buena oportunidad para apuntar al problema de fondo que podemos identificar como “fraude electoral”; de poner sobre la mesa lo que realmente está afectando nuestra capacidad de elegir, lo que está dando al trasto con el derecho al voto, como derecho político. Hemos perdido la oportunidad de sustanciar con pruebas, denuncias formales en mano, el abuso de poder del que hace gala el gobierno para obligar a la gente a emitir un voto con el que no esta de acuerdo, para comprar votos y para utilizar el dinero del Estado en campaña. Este es un problema que sí se puede atacar, como por ejemplo, lo esta haciendo hoy una representante del oficialismo al presentar una denuncia ante el CNE por la utilización, por parte de la gobernación del Zulia, de recursos públicos para financiar la campaña del NO en su Estado. Pero, al parecer, dado lo público y notorio de ese problema, no resulta del interés de los grupos que se oponen a la reforma, ya que, ninguno se ha dedicado a hacer un análisis de estos abusos, acompañado de denuncias documentadas que den pie para sentar un precedente que sea ventilado primero por el CNE, luego por las cortes nacionales y si no se logra efecto alguno, que sea ventilado en las instancias internacionales pertinentes. Claro está, a lo mejor no resulta atractivo, porque este es un trabajo que tendrá efectos seguros en el largo plazo y que dependerá de la constancia de quién lo emprenda. Esta, que podría ser una tarea a desarrollar en futuros procesos electorales, puede muy bien ser desarrollada, si no por los partidos políticos, por organizaciones como SUMATE o la Red de Veedores que nacieron con el propósito de defender el derecho de los ciudadanos a ejercer el voto y a elegir.

Por cierto, un dato curioso sobre los científicos y el proceso electoral para el cierre. Algo que es del conocimiento público, pero que parece que muchos olvidamos con frecuencia es que una de las personas con mejor y más actualizada formación científica sobre sistemas electorales en Venezuela es Tibisay Lucena, quién ejerce actualmente como Presidente del CNE. Ella, antes de convertirse en la asesora de la constituyente encargada de diseñar "el poder electoral", se encontraba en Estado Unidos realizando estudios de doctorado sobre sistemas electorales. Así que, por paradójico que suene, tenemos en este momento a cargo del máximo ente del poder electoral a la persona con una de las mayores credenciales académicas sobre sistemas electorales del país y hemos tenido la fortuna de que ella haya sido además de la "creadora" del marco constitucional que lo sustenta, quién desde el CNE, primero como técnico y luego como rectora, se haya encargado de ponerlo en práctica.

jueves, septiembre 13, 2007

Propuesta revolucionaria para el cambio del huso horario / Olga Ramos

Con motivo de la propuesta del cambio en el Huso Horario que está proponiendo el Ministro Héctor Navarro, la profesora Donatella Pizzi, hizo unas importantes consideraciones que envió, a través de una carta, al ministro. La reflexión de Donatella, me hizo pensar que quizá el cambio que propone Navarro, no es el que corresponde al momento que vive el país y en consecuencia, quiero contribuir a un replanteamiento de esa propuesta. Este está recogido en una nota de respuesta a la carta de Donatella a Navarro, que les copio a continuación:

Excelente tu explicación y precisiones Dona!!!

No obstante, dado el momento histórico que estamos viviendo en este país, se me ocurre que Venezuela merece un cambio mejor al que propone Navarro, uno más acorde con los tiempos revolucionarios. Porque el establecimiento del huso horario, tal como hoy lo conocemos, es una de las acciones más imperialistas de las que la historia tenga referencia, pues, tal como lo reseñas, las reglas de juego fueron decididas en una reunión realizada en la cuna del imperialismo yanqui opresor en 1884 y el punto de referencia 0 asumido queda en el territorio del "imperio del imperio". ¿Es que acaso el "Real Observatorio de Greenwich" puede seguir siendo considerado hoy, como la referencia más válida del centro del mundo? Creo que esa decisión responde a una visión que, por ser imperialista, occidental y eurocéntrica, favorece una forma de ver al mundo, una lectura de la historia que atenta en contra de los valores tradicionales de los pueblos africanos, asiáticos y americanos, en especial latinoamericanos, que han sido tan vejados y golpeados a lo largo de la historia de la humanidad.

Por otra parte, Dona, tienes mucha razón al afirmar que cada país tiene derecho a establecer la hora oficial que lo rija. Sin embargo, en un país como el nuestro, revolucionario de verdad, en el que la soberanía, a partir de la reforma constitucional, residirá en el pueblo, pero, en el pueblo organizado a través de los Consejos Comunales, creo que es menester replantearse no sólo cuál es el meridiano que debe tomarse como referencia 0 para determinar la hora, sino las reglas mismas que se establecieron en ese acuerdo de 1884.

Para ello, propongo que lo primero que se discuta es si debe existir una sola hora legal que sea común a todo el territorio nacional, o si cada Consejo Comunal, haciendo uso del poder que le conferirá la constitución después de la reforma, defina la hora que se considerará oficial en su territorio. Hora que, entre otras cosas, no deberá ser fija, ya que, como el cambio es algo natural e inherente a la vida, es de esperarse que sea la propia dinámica de cada uno de los Consejos Comunales la que la ajuste cada vez que lo requiera. Así se dará cumplimiento a dos principios altamente revolucionarios: 1.- el ejercicio de la soberanía por parte del pueblo organizado y 2.- que las normas que se establezcan no se conviertan, en un futuro, en una camisa de fuerza que limite la acción de los verdaderos revolucionarios.

El segundo aspecto a discutir, es obviamente si debemos seguir sujetos a esa visión del mundo imperialista, occidental y eurocéntrica que divide de forma arbitraria al mundo en occidente y oriente, como lo hace la línea del Ecuador entre norte y sur. Estas divisiones que, tradicionalmente han sido asumidas con muy poco debate, para el que merecen, tienen asociada una escala de valores que da prioridades e importancia a los países y en consecuencia a sus habitantes, de acuerdo al lugar geográfico en el que se ubican con respecto a estas nefastas referencias. Esto que, todos sabemos, ha sido determinante en la geopolítica mundial, debe ser cambiado y es hora de que el gobierno revolucionario del Presidente Chavez asuma la vanguardia en ello.

Fíjate, en el caso del Ecuador, dado que es obvia e indiscutible la razón por la que se escoge esa franja como referencia geográfica, la discusión que debe plantearse es si éste debe dividir al mundo en norte y sur, o si debe diseñarse otra denominación que no esté asociada al esquema de dominación política que se ha instrumentado a nivel mundial desde la visión imperialista y eurocéntrica que predomina actualmente de forma hegemónica. Pero en el caso del meridiano 0, la discusión es no solamente la nomenclatura hegemónica que está asociada a un esquema de dominación de la "cultura occidental" sobre el resto, sino la ubicación misma de esa referencia. Al respecto, me debato entre dos propuestas:

1.- Cambiar la referencia 0 a un lugar del mundo diferente, un lugar que actualmente sea emblemático por las transformaciones que desde él se gestan para el mundo, por ser la cuna de una visión diferente, anti-imperialista, multicéntrica o multipolar como se ha autodenominado, y pluricultural, que permite romper con los patrones hegemónicos vigentes. Obviamente se me ocurre que, como el territorio nacional es tan extenso y se necesita un punto de referencia, se proponga que sea el punto que pasa por el Samán de Güere el que se escoja para que pase el meridiano 0, ya que, ese sitio es un símbolo emblemático del "árbol de las tres raíces" que orienta sabiamente el pensamiento revolucionario en Venezuela. (Aquí en privado te confieso que como villacurana de corazón, pues me crié en esas tierras, preferiría que se tomara como referencia el meridiano que pasa por la Iglesia de ese pueblo que fue mi referencia horaria a lo largo de mi infancia y el que miraba todos los días para saber la hora camino a la escuela, pero entiendo que esa tradición que conservamos los villacuranos a pesar de que dejó de ser la del meridiano de referencia para Venezuela en 1964, debe ponerse en segundo plano, ante la importancia de lograr un cambio verdaderamente revolucionario)

2.- Que cada país y cada cultura, de acuerdo a sus referentes tradicionales, escoja el punto de referencia 0 a partir del cuál fijará su hora. Te cuento que, esta propuesta, aunque requiera de un reajuste mundial concertado y complejo, creo que es la que se adapta más a una visión realmente revolucionaria porque está sustentada en una interpretación pura y dura del derecho a la autodeterminación que tienen los pueblos y del ejercicio de la democracia.

Como verás, considero que el tema que escogió el ministro Navarro para promover un cambio, tiene una potencia única y no aprovechada para la promoción de cambios revolucionarios a nivel mundial que muchos en el país no están apreciando. Es una lástima porque Navarro siempre ha sido un hombre visionario, a pesar de que a su obra revolucionaria no parece que le den la trascendencia que merece. En educación siempre lo recordaremos por ser el promotor de la Instrucción Pre-militar como materia obligatoria en educación media, de la Resolución 259 (que cambiaba los programas de ciencias sociales y modificaba la lectura de la historia contemporánea de Venezuela, que tuvo que echar para atrás diciendo que había firmado sin leerla), del Decreto 1011 que el país entero recuerda, y del Proyecto Educativo Nacional y la Constituyente Educativa coordinada por Carlos Lanz, entre otras cosas.

Espero conocer tus impresiones sobre mi humilde propuesta.

Olga Ramos

12092007

martes, junio 05, 2007

Espejo de aumento (una reflexión incómoda)

Olga Ramos

Asamblea de Educación

¿Cómo no comenzar estas líneas felicitando y saludando el despertar estudiantil que nos refresca la esperanza en estos días? Sería imposible no hacerlo. Así que ¡gracias por despertar muchachos, gracias por esa frescura y esa energía! ¡Lo están haciendo muy bien! Pero ¿qué es lo que me parece que están haciendo muy bien los estudiantes? La seriedad de sus planteamientos, la templanza con la que asumen sus decisiones y sus retos y el empeño por hacer que el país vea donde creen ellos que están o deben estar los acentos.

Salen a manifestar y provocan, el apoyo de unos y el rechazo y la represión de otros. El apoyo de los que sienten su voz recogida por el grito de Libertad de los estudiantes; el rechazo de los que, a sabiendas de los excesos cometidos, se quedan sin argumentos y no les queda más que preguntarles dónde estaban y por qué no salieron cuando se tumbó la señal de VTV y se cerró Catia-TV; y obviamente, la represión de un gobierno que no sabe gobernar, gobernar para todos, escuchar y contra-argumentar o escuchar y admitir, sino que entiende que es la fuerza su único mecanismo de interacción con la población, la fuerza de las armas, de las contramarchas, de las listas negras, o de los realazos con los que pretenden comprar lo que les ha dado por llamar “su revolución” y que lamentablemente no pasa de ser un atajo de trazos torpes y caprichosos de un individuo.

Sin embargo, lo mejor que hacen no se restringe a sorprendernos con manifestaciones y consignas novedosas o a lo sostenida que se ha tornado su enérgica presencia en la calle. Ni siquiera, el asumir la lucha por todos, que es lo que muchos alaban y agradecen, porque después de haberse deprimido y cansado y ante el vacío de propuestas y liderazgo, tiraron la toalla y se dedicaron a sobrevivir. Lo más valioso es que su discurso, su fuerza y su irreverencia, pero también, su apego a la no-violencia y al respeto propio, al otro y a la institucionalidad, constituyen una invitación, si no, una obligación a reflexionar.

Y me gustaría, sin pretensiones de hacerlo de forma exhaustiva, plantearles algunos de los tópicos de reflexión que nos sugiere su discurso y su accionar:

1. ¿Qué es lo que estamos entendiendo en Venezuela por “política”? ¿Por qué cada vez que alguien quiere hacer énfasis en que su voluntad está al servicio del bienestar colectivo o de la defensa de los derechos ciudadanos, incluye en su conversación o declaración la triste frase “yo no soy político”? Acompañando a esta reflexión es importante preguntarse también ¿Por qué es malo tener aspiraciones políticas en Venezuela? ¿Por qué se cuestiona con tanta fuerza, y sin necesidad de que medie argumentación, a las personas que expresan su voluntad de ejercer el poder o de ocupar puestos en el gobierno? Obviamente, estas preguntas están enfocadas para la reflexión de la ciudadanía en general, pero también hay otras que, en este marco, requieren hacerse quiénes han hecho o quieren hacer de la política parte de su vida ¿Por qué y para qué hacer política en Venezuela? ¿Qué significa ser un mandatario y un servidor público? ¿Cuál es la ética política que se requiere en una sociedad democrática y en Venezuela?

2. ¿Dónde perdieron el norte las organizaciones políticas venezolanas que abandonaron las prácticas democráticas en su funcionamiento interno, descuidaron la formación de sus generaciones de relevo y convirtieron el debate político en algo superficial y vano? ¿Cómo y cuándo podrán retomarlo? ¿Tienen la voluntad de hacerlo?

3. ¿Qué significa responsabilidad en este país? y con esto me refiero a responsabilidad en todos los ámbitos de la vida pública y privada. ¿Cómo se asume la responsabilidad por las consecuencias de nuestros actos? ¿Es posible que los venezolanos, en todas las esferas, aprendamos a reconocer nuestros errores, a aprender de ellos y actuar en consecuencia? por supuesto, esto más allá de las frases retóricas o de los mea culpa vacíos de real intención.

4. ¿Qué es lo que los habitantes de Venezuela estamos entendiendo por democracia? ¿Estamos dispuestos y convencidos de que son las reglas democráticas las que deben determinar el funcionamiento del Estado y la sociedad venezolana? ¿Qué tan demócrata se siente cada quién y qué tan demócrata es en la práctica? ¿Entendemos que en una democracia nos toca, por obligación, reconocer la validez de los planteamientos con los que no estamos de acuerdo, y construir con quiénes los esgrimen una posición que sea realmente incluyente?

5. ¿Qué es de la vida de la institucionalidad venezolana? ¿Se trata de un problema exclusivo del gobierno? ¿Es novedoso en nuestro país la violación de las reglas de juego y de las leyes? ¿Cuándo se comenzó a debatir en Venezuela sobre la falta de independencia de los poderes públicos? ¿Cree Usted que se trata de un invento de este gobierno? ¿Cuándo comenzaron a hacerse las leyes a la medida del gobernante o de los gremios o de un grupo de interés específico? Estas preguntas plantean sólo reflexiones en lo público y en lo macro, pero Usted ha reflexionado sobre, ¿Cómo ha sido su relación con la institucionalidad o con las reglas de juego? ¿Desde cuándo se habla en el país de la viveza del venezolano como una gran virtud o se usan la frases “se acata pero no se cumple” y “las leyes se hicieron para violarlas”? ¿Cuántas veces se copió en un examen, se coleó o compró su turno? ¿Cuántas veces hizo trampa o alcahueteó las trampas de sus amigos o compañeros? ¿Dónde está rota la lógica de la institucionalidad en Venezuela?

6. ¿Cuándo y qué justifica la represión de las manifestaciones o de la protesta? ¿Tenemos todos el derecho a expresar lo que pensamos libremente y a protestar cuando no estamos de acuerdo con alguna política o medida? ¿Quién decide cuál es el límite de la protesta? ¿Cuál es el límite entre la protesta y el delito? ¿Es correcto privar de la libertad o perseguir a una persona porque piense diferente? ¿Desde cuándo se reprimen las manifestaciones pacíficas y existen presos políticos en Venezuela?

7. ¿Existe libertad de expresión en Venezuela? o mejor dicho ¿desde cuando se violenta la libertad de expresión en este país? ¿qué formas toman o han tomado esas restricciones? ¿Se trata solamente del caso de RCTV o han existido antes y hay actualmente muchas más restricciones a la libertad de expresión de las que vemos o de las que queremos ver? y ¿cómo se puede hacer para revertirlas?

Creo que podríamos comenzar por algunos de estos temas, aunque hay muchos otros. Pero así comencemos por uno o con una sola pregunta, la que a Usted se le ocurra o la que Usted prefiera, creo que lo imperativo ahora es reflexionar, porque hoy vemos con asombro o con estupor los niveles a los que han llegado las restricciones de algunas libertades, la exclusión, las manifestaciones de odio y las violaciones a la institucionalidad; que ya no tiene sentido hablar de que en Venezuela no hay separación de los poderes públicos, sino que tratamos de dilucidar cuál es el nivel de fusión que existe entre los poderes del Estado. Hoy no nos gustan nuestros políticos, y como nunca la mayoría quiere hacer tienda aparte. Hoy sentimos que nos arrebatan la voz porque se está atentando contra la libertad de pensamiento y de expresión. Hoy nos aterran los niveles de cinismo, descaro y corrupción de muchos de nuestros gobernantes. Hoy sentimos que Venezuela ha cambiado, que no es ni la sombra del país que conocimos y que queremos.

Sin embargo, esto no es exactamente así, Venezuela ha cambiado, pero lo que hoy vemos, con pequeños añadidos y algunas peculiaridades, no es más que el reflejo proyectado de lo que hemos estado construyendo y sembrando, pero en un espejo de aumento, un espejo que magnifica nuestros errores y sus consecuencias, nuestra comodidad, nuestros desatinos y desaciertos. Y si no reflexionamos sobre ellos, si no entendemos cómo se produjeron y dónde nacieron, más allá de la tentación de achacarle la culpa a este gobierno; si no asumimos con la responsabilidad que amerita las consecuencias de nuestros actos y decidimos apuntar a las soluciones de fondo, construyendo institucionalidad y prácticas democráticas, reconstruyendo significados y encontrando terrenos comunes que nos permitan entendernos y convivir a todos, nunca saldremos de esta barbarie que apenas se asoma y que siempre será sólo un reflejo proyectado en un potente espejo de aumento.


04062007