domingo, septiembre 05, 2010

Calendario Escolar 2010-2011: ¿escamoteando el derecho a la educación de nuestros niños?

Olga Ramos / Asamblea de Educación


Esta semana vimos con sorpresa como, ante una solicitud del CNE, el Ministerio de Educación decidió postergar el inicio del año escolar hasta el 4 de octubre. El argumento: evitar la suspensión de actividades por el proceso electoral que se llevará a cabo el 26 de septiembre, como si esta fuera la primera vez en el que las elecciones coinciden con el desarrollo del año escolar.
 
De acuerdo a las declaraciones de la actual ministro, la decisión se tomó después de hacer revisiones y consultas para ver la factibilidad de modificar el cronograma de actividades y la modificación resultante, permitiría respetar los 200 días de duración del año escolar establecidos para el nivel de Educación Básica, en el artículo 49 de la nueva LOE[1].

La modificación del inicio del año escolar, está recogida y promulgada en la Resolución Ministerial 056, que fue publicada en la Gaceta Oficial 39.501 este 2 de septiembre[2].

Como se aprecia en el breve texto de la resolución 056, sólo se establece la modificación de la fecha de inicio del año escolar, la obligación de cumplimiento por parte de todas las escuelas del país, sean públicas o privadas, sean centros electorales o no y finalmente, la disposición a hacer del conocimiento público dicha resolución. En ninguna parte se presenta la reorganización del año escolar que se deriva de esta modificación y mucho menos, se explica cómo se garantizarán los 200 días hábiles de actividades escolares.

Frente a esta decisión ministerial, nos hacemos tres preguntas:

1.       ¿Era necesario suspender el inicio de clases hasta el 4 de octubre?
2.       ¿Es posible cumplir con los 200 días hábiles establecidos en el artículo 49 de la LOE vigente?
3.       ¿Esto se puede considerar una evolución o un retroceso en el desempeño del país con respecto al cumplimiento del derecho a la educación?

Las respuestas:

1.       ¿Era necesario suspender el inicio de clases hasta el 4 de octubre?

Esperamos que tanto el CNE como el MPP para la Educación respondan por qué, en esta oportunidad, se hace necesaria la suspensión de las actividades en las escuelas con tanto tiempo de antelación y durante tantos días después del acto de votación, dado que, como se puede apreciar en el cronograma de evaluaciones para el año escolar 2010-2011, - elaborado por el ministerio de educación, que fue dado a conocer en algunas escuelas hace poco más de una semana[3]- estaba previsto el inicio del año escolar el 16 de septiembre, es decir, 10 días antes del día de las elecciones, 7 días hábiles a los efectos del año escolar; y la Resolución 056 plantea el inicio del año escolar, el 4 de octubre, es decir, 7 días después del acto de votación, 5 días hábiles a los efectos del año escolar.

Esto significa que, para estas elecciones, las escuelas pierden 12 días hábiles de actividades, cuando nuestra experiencia nos dice que las escuelas podrían tranquilamente ser tomadas por el Plan República con anticipación y preparadas desde el día viernes 24 y posteriormente ser entregadas a sus comunidades el día lunes 27,  lo cual, implicaría perder sólo dos días hábiles  de actividades por el proceso electoral.

No entendemos entonces, qué es tan especial en el proceso electoral venidero que amerita perder 12 días hábiles de actividades. Esperamos que tanto el CNE como el MPP para la Educación, nos lo aclaren.

Por cierto, más allá de los ajustes que el ministerio termine haciendo para aproximar el año escolar a su duración legal de 200 días hábiles, sería interesante escuchar qué sugiere la ministro a las familias de los casi 7 millones de niños que cursan algún año de Educación Básica para garantizar su alimentación y las actividades diarias durante esos 12 días que no asistirán a la escuela.

De hecho, salvando los problemas presentados el año escolar pasado con la administración de los recursos del Programa Alimentario Escolar, de acuerdo a las estadísticas del propio ministerio y a la programación contenida en la Ley de Presupuesto vigente, más de 4 millones de niños deberían recibir alimentación en sus escuelas a través de este programa y aunque no sea necesario aclararlo, es importante recordar que la existencia del Programa Alimentario Escolar permite que muchos niños, cuyas familias no tienen los recursos necesarios para brindarles una buena alimentación, puedan comer a diario. En algunas familias, como ya sabemos, el que los niños que asisten a la escuela tengan su comida garantizada, permite dar alimentación a otros miembros de la familia, cosa que no sería posible de otra manera.

Por otra parte, durante el período vacacional, las familias diseñan una estrategia para compartir con los niños, para garantizar su cuidado y para ocupar de forma sana el tiempo diario que convencionalmente, durante el año escolar, estos pasan en las escuelas. ¿Qué harán al respecto en estos 12 días hábiles las familias y sus niños? ¿Qué harán para garantizar la seguridad de los niños, en especial en los sectores más pobres y que son azotados por la delincuencia? ¿Qué sugerirán al país y a estas familias la ministro de educación y el CNE?

2.       ¿Es posible cumplir con los 200 días hábiles establecidos en el artículo 49 de la LOE vigente?

De acuerdo con el documento antes citado - el cronograma de evaluaciones del año escolar 2010-2011 elaborado por el MPP para la Educación- iniciando las actividades el 16 de septiembre y terminándolas el 27 de julio de 2011, se garantizaba una extensión del año escolar de 200 días hábiles. Por tanto, para lograr el cumplimiento de la norma establecida en la ley, si tomamos en cuenta que, con el inicio del año escolar el 4 de octubre se pierden 12 de esos 200 días hábiles, sólo podemos concluir que necesitamos un nuevo calendario que elimine días de receso o de vacaciones a lo largo o a final del año escolar, para poder lograrlo.

Esto se puede ver con mayor claridad en el gráfico siguiente, en el que se presenta una comparación del calendario escolar resultante de aplicar el cronograma establecido por el ministerio (calendario versión inicial), con el que resulta de mantener los criterios establecidos en dicho cronograma, pero modificando el inicio del año escolar, tal como lo establece la Resolución 056 (calendario modificado R-056).



En el gráfico se marcan en diversos tonos de verde, los días sin actividades, ya sea porque son feriados, porque forman parte del receso escolar programado por el ministerio o los dos días que éste reserva para las actividades de fin de curso. Se marcan en rojo, los días que, de acuerdo al calendario electoral, serán tomadas las escuelas, en sus dos versiones –la actual que abarca desde el martes 21 de setiembre hasta el lunes 27 y la moderada, que abarca desde el 24 hasta el 27 de septiembre[4]. Se marcan en amarillo los días que son dedicados exclusivamente a clases, de acuerdo lo establecido en el cronograma del ministerio y en diversos tonos de azul, los días dedicados a la realización de evaluaciones, consejos de escuela, entrega de boletas, planificación mensual y planificación y organización del año escolar. En este caso se utilizan los períodos señalados por el ministerio en su cronograma, añadiendo a estos un día de planificación mensual como es usual en las escuelas oficiales venezolanas, que, a efectos ilustrativos, se marca el último viernes de cada mes. Finalmente, se marcan en gris los días que quedan fuera del calendario escolar en las dos versiones, porque son previos al inicio formal del año escolar.

Respondiendo a la pregunta, lo primero que debemos señalar es que, de acuerdo al cronograma de evaluaciones preparado por el ministerio, los 200 días hábiles se alcanzan porque no se considera ningún día de receso para responder a las necesidades del proceso electoral. De hecho, si se contabilizan, al menos, el viernes 24 y el lunes 27 de septiembre, como días de receso de las actividades escolares para cumplir con las demandas de las elecciones del 26 de septiembre, el total de días hábiles efectivos del año escolar suma 198 y no 200. De allí, que podamos decir que, con la programación inicial, si se reservaran el día de entrega y devolución de las escuelas por parte del Plan República, no se habría podido cumplir con lo establecido en el artículo 49 de la Ley Orgánica de Educación vigente.

En el caso del calendario modificado con la Resolución 056, el total de días hábiles efectivos sólo alcanza a 188.

Es importante resaltar que, el cálculo de los días hábiles efectivos, se hizo, siguiendo las mismas pautas utilizadas por el ministerio, es decir, a la cantidad de días hábiles totales (días no feriados de acuerdo al calendario escolar usual), se restó la cantidad de días de receso establecidos por el ministerio, que incluyen las vacaciones de diciembre, carnaval, Semana Santa y los días de actividades de fin de curso.

Si iniciando el año escolar el 4 de octubre y terminándolo el 27 de julio de 2011, sólo logramos tener 188 días hábiles efectivos, es evidente que tendremos que acortar las vacaciones decembrinas, restringir la Semana Santa a los días jueves y viernes - en lugar de toda la semana como estaba contemplado en el cronograma de evaluaciones del ministerio- y probablemente, lleguemos a necesitar los dos últimos días hábiles de julio y los dos primeros días hábiles del mes de agosto para poder tener un calendario de 200 días como lo manda la ley.

Pero, como todavía estamos a tiempo y es de sabios rectificar, el ministerio de educación debería revisar su decisión y programando un uso electoral de las escuelas más moderado y sensato, ganar unos días hábiles, corrigiendo la Resolución 056 e iniciando las clases antes del 4 de octubre.

Si las inicia el 28 de septiembre tal como indicaba el primer anuncio emanado del ministerio, gana de entrada 4 días hábiles y tendría que reprogramar solamente 8 días; pero si asume el 16 de septiembre como día de inicio de clases, como estaba inicialmente establecido y asigna 2 días (el 24 y 27 de septiembre) de receso electoral para que el Plan República prepare y entregue las escuelas, sólo le restaría reprogramar 2 días de actividades escolares, para cumplir con el artículo 49 de la Ley Orgánica de Educación vigente.

3.       ¿Esto se puede considerar una evolución o un retroceso en el desempeño del país con respecto al cumplimiento del derecho a la educación?

Cada día de clase es fundamental para la educación de nuestros niños, en especial para aquellos que sufren de exclusión social, cuyas vidas transcurren en un contexto amenazado por la inseguridad y la violencia, aquellos cuyos padres no tuvieron la oportunidad de completar su escolaridad o de asistir a la escuela y que, por tanto, no pueden acompañarlos en complejo proceso formativo, aquellos en cuyas casas no hay libros y muchísimo menos conexión a internet para apoyar la realización de sus tareas. Cada hora que un niño que vive en estas condiciones, pasa en la escuela participando en un proceso educativo de calidad, es una hora ganada al malandraje o a la tentación de la droga, 60 minutos más de vida y de oportunidades para desarrollar su potencial, el que le permitirá fraguarse un mejor futuro.

Cada hora de clase o cada día perdido, es una afrenta al derecho a la educación de nuestros niños y reduce el desempeño que el país tiene con respecto al cumplimiento de este derecho. Es por ello, que si no se corrige la reprogramación del año escolar para lograr los 200 días, se puede afirmar de una vez, que se trata de un retroceso con respecto al cumplimiento del derecho a la educación.

Pero para corregir la reprogramación realizada por la Resolución 056, si no se asume alguna de las opciones que implica iniciar el año escolar antes del 4 de octubre, es imprescindible que se evalúe la reducción de los 60 días hábiles de vacaciones que, por ley, tienen garantizados los docentes al año. De estos 60 días, hay 15 que ya están programados como receso decembrino y 23 que corresponden al mes de agosto –esto si no se extiende hasta ese mes el año escolar para cumplir con los 200 días- por lo que restan 22 días hábiles de vacaciones que corresponderían a todo el mes de septiembre, planteando el inicio del año escolar 2011-2012 el lunes 3 de octubre de 2011.

Como se puede apreciar, con estas sencillas cuentas, la programación del año escolar, con 200 días hábiles de duración, reviste una complejidad que trasciende a lo sucedido con la Resolución 056. Esto nos lleva a plantear dos cosas más que están relacionadas con el desempeño del país con respecto al cumplimiento del derecho a la educación, antes de cerrar este artículo.

La primera, es la distribución de las actividades a lo largo del período escolar. Si observan el gráfico con las dos versiones del cronograma, verán que el ministerio contempla, al final de cada uno de los lapsos, un período para la “aplicación de estrategias de evaluación” y posterior a éste, tres días para la realización de Consejos de Secciones y la entrega de boletas. Como es obvio, las estrategias de evaluación forman parte del proceso formativo, por tanto, en las escuelas se estarán desarrollando actividades con la presencia de los niños y centradas en ellos. Pero, los tres días siguientes, están más dedicados a la realización de reuniones entre docentes y de éstos con los padres y familiares. En esos días es irregular la presencia de los niños en las escuelas.

De esta distribución se deriva lo siguiente: de los 188 días hábiles efectivos que quedan después de la resolución 056 y sin realizar ajustes en la programación (198 antes de la resolución), sólo 141 (151 antes de la resolución) – el 75 % de los días hábiles efectivos (76,3 % antes de la resolución)- se dedican exclusivamente a clases y ampliando este criterio con la incorporación de los días dedicados a la aplicación de estrategias de evaluación, esos 141 (151 antes de la resolución), se transforman en 171 (181 antes de la resolución) días de actividades formativas, el 91 % de los días hábiles efectivos de las dos versiones de año escolar.

Estas cuentas nos recuerdan que, antes de la promulgación de la Ley Orgánica de Educación en agosto del año pasado, el año escolar se dividía en dos períodos: el primero tenía una duración de 180 días hábiles, estaba dedicado a las actividades formativas y la norma establecía la obligatoriedad de su extensión si no se cumplía a cabalidad con el programa de estudios[5]; y el segundo tenía una duración de 3 semanas, se desarrollaba a continuación del primero y estaba dedicado a la realización de las actividades correspondientes a la Planificación y Organización del año escolar, a las inscripciones y a otras actividades administrativas propias del cierre del año, más la realización de actividades de actualización y mejoramiento profesional de los docentes.

Sin embargo, para el venidero año escolar el final del cronograma programado por el ministerio, presenta un claro solapamiento entre los 3 últimos días de clase, el período de aplicación de estrategias de evaluación y la realización de consejos y entrega de boletas del tercer lapso, con el denominado “segundo período del año escolar”, que está programado para realizarse del 4 al 27 de julio. Es este segundo período, como es tradición corresponde el desarrollo de la Planificación y Organización del año escolar, las inscripciones y otras actividades administrativas propias del cierre del año. En este caso, no se incluye la realización de actividades de actualización y mejoramiento profesional de los docentes, como se estipulaba en la reglamentación previa a agosto de 2009.

El solapamiento planteado en el cronograma actual tiene como consecuencia evidente que las actividades del final del tercer lapso se desarrollen de forma irregular, porque compiten con las del segundo período del año escolar, en el uso del tiempo. Pero además, constituye, en la práctica, una pésima forma de desarrollar lo establecido en el artículo 49 de la nueva LOE, ya que, aunque formalmente el calendario pudiera alcanzar los 200 días hábiles, no logra ampliar de forma efectiva, el calendario escolar con respecto a lo que se establecía en la regulación precedente.

Esto nos lleva al segundo punto que es necesario plantear antes de cerrar este artículo. Hasta el momento sólo tenemos claramente establecido la duración del año escolar, de acuerdo a lo incluido en el artículo 49 de la LOE vigente, pero como el mismo texto lo afirma, las características y la división del año escolar, estarán contenidas en el reglamento del esta ley que, de acuerdo a la disposición transitoria tercera debería estar escrito, sancionado y promulgado, ya que se daba para ello un lapso “no mayor de un año” a partir de la promulgación de la LOE. Lo mismo sucede con todas las leyes especiales, de acuerdo a lo que dice la disposición transitoria segunda. Estas incluyen la Ley que regirá el nivel de Educación Básica.

Hoy a un año y 24 días de promulgada la Ley Orgánica de Educación, el país sigue esperando por las leyes especiales y por su reglamento.

Olga Ramos
Miembro de Asamblea de Educación


[1] Con respecto a la duración del año escolar, el texto del artículo 49 dice: “Para el subsistema de educación básica el año escolar tendrá doscientos días hábiles”
[2] Para ver este decreto puede buscar la Gaceta Oficial en la página de la Procuraduría General de la República: http://www.pgr.gob.ve/Recursos/gaceta.asp
[3] Nos referimos al documento de dos páginas enviado por el MPP para la educación, con dos cuadros titulados: “Períodos Evaluativos Educación Inicial y Educación Primaria Año Escolar 2010-2011” y “Períodos Evaluativos Educación Media Año Escolar 2010-2011”
[4] A los efectos de los cálculos para determinar los días hábiles efectivos en las dos versiones del calendario escolar, en el calendario primera versión, se consideran los días 24 y 27 como días de receso por razones electorales, en los que no se realizarán actividades escolares.
[5] La Ley Orgánica de Educación en 1980, se estableció que el año escolar tendría una duración mínima de 180 días hábiles (Artículo 46, LOE-1980) En ese mismo artículo se establecía como obligatorio, para poder considerar que el año escolar había terminado, haber cumplido “con la totalidad de los objetivos programáticos previstos”. Este artículo terminaba diciendo que fuera de ese período escolar, el ministerio podría establecer cursos y seminarios “de mejoramiento y ampliación de la capacitación y conocimientos de los miembros del personal docente y cuales quiera otras actividades dirigidas a fomentar la cultura del pueblo”.
Esto significaba, entre otras cosas, que la duración de 180 días era la mínima, pero que se podría extender hasta que se lograran cumplir los objetivos programáticos y que, durante el año escolar, las actividades que se desarrollaban en las escuelas, estaban restringidas a las de enseñanza dirigidas al desarrollo del currículo vigente. Todas las demás actividades, quedaban fuera de las organizaciones educativas, durante ese período. La única limitante a la extensión del año escolar, aparecía también en ese artículo, ya que el mismo, establecía 60 días hábiles de vacaciones.
Estas disposiciones, como es natural, fueron desarrolladas en los artículos 57 y 58 del Reglamento General de la LOE. En el mismo se establecían las fechas para cada uno de estos períodos (del primer día hábil de la segunda quincena del mes de septiembre al último día hábil de la primera semana del mes de julio, se reservaba para el primer período del año escolar y del primer día hábil de la segunda semana del mes de julio, hasta el último día hábil de ese mes, se reservaba para el segundo período del año escolar). El artículo 58 establecía las normas a seguir cuando no se hubiese cumplido con el programa de estudios durante el primer período del año escolar.

martes, abril 13, 2010

Guerrillas Comunicacionales: Nueva herramienta del gobierno para promover la polarización y el lenguaje de guerra en Venezuela.

Desde que se inició este gobierno en 1999, muchas han sido las oportunidades en las que se ha intentado usar al sistema educativo como bastión para la construcción de la base “revolucionaria” que dé soporte al proyecto político, personalísimo, del presidente Hugo Chavez. Sin embargo, más han sido aquellas en las que éste ha usado directamente a niños y jóvenes, en actos proselitistas. Así lo hemos visto en demasiadas cadenas presidenciales, en las que se exhiben niños y jóvenes vestidos de rojo y en las que algunos de ellos hacen intervenciones con loas a la “revolución” o a su autodenominado “comandante”.

El primer tipo de iniciativas gubernamentales, ha sido rechazado reiteradamente por el pueblo, en general, por lo que, hasta el momento, casi la totalidad de ellas se han echado para atrás o metido en el congelador y sólo subsisten unas pocas aisladas que se llevan a cabo por iniciativa de algunos personeros del gobierno, o algunos directores o docentes en escuelas oficiales.

Las iniciativas del segundo tipo, las seguimos viendo periódicamente cada vez que se presenta una ocasión para ello y, a pesar de que esto sucede cada vez con mayor frecuencia, no se ha logrado una manifestación de rechazo colectiva, que las cuestione y las ponga en tela de juicio de forma efectiva.

No obstante, a lo largo de estos 11 años hemos presenciado lo que quizá constituye el mayor daño a la población de cualquier edad y a la convivencia en el país, que es el uso reiterado de una lógica  y un lenguaje de guerra, que determina el tenor de las relaciones políticas e impacta de forma nada despreciable, las relaciones familiares y sociales de todos los venezolanos. Estos, lógica y lenguaje de guerra, son utilizados y promovidos por el presidente de forma cotidiana y constituyen una clara herramienta para cimentar la estrategia de polarización política con la que ha sustentado su permanencia en el poder.

Estos son los antecedentes de lo que presenciamos ayer, lunes 12 de abril, en Caracas: Los ministros de educación y de comunicación y la denominada “jefa del gobierno” de Caracas, en un acto público, constituyeron las llamadas “guerrillas comunicacionales” que están formadas por jóvenes estudiantes de 3 liceos y tienen como propósito hacerle la guerra a los medios de comunicación privados y garantizar la difusión del “mensaje presidencial”.

Las reacciones no se han hecho esperar, como es natural ante un evento inaceptable como éste, inaceptable por varias razones. La primera de ellas tiene que ver con el motivo de creación de estas organizaciones que le imprime un carácter peculiar a la misión que se les asigna. De acuerdo a la declaración de los dos ministros presentes en el acto, se trata de una organización diseñada para combatir a lo que ellos denominan “los monopolios mediáticos” de las empresas privadas que son dueñas de los medios de comunicación. Al respecto, cabe resaltar que el Estado es el mayor propietario de los medios de comunicación en Venezuela y que, por la intencional confusión que existe entre Estado, gobierno y partido, los utiliza con fines proselitistas, en lugar de estar al servicio del país tal como corresponde. Pero ese es uno de los problemas asociados con esta razón, el otro, el más importante, es la pretensión de que los jóvenes se enfrasquen en una batalla por la información, estableciendo que es la confrontación permanente, la única vía válida para dirimir las diferencias y el elemento esencial que determine el tenor de nuestras relaciones.

La segunda de ellas, muy en consonancia con esta pretensión, es el tipo de organización que se promueve: la guerrilla. Como es por todos conocido, la guerrilla es una táctica de guerra que se usa, fundamentalmente, cuando quién pelea está en manifiesta desventaja, ya sea porque se encuentra en inferioridad numérica, o porque no cuenta con las armas y la organización suficiente para vencer a su enemigo en franca batalla. Los guerrilleros combaten y sabotean para vencer al enemigo. En Venezuela existe una larga tradición guerrillera asociada a las luchas “anti-sistema” protagonizadas por grupos de extrema izquierda. Por cierto, muchos de los que hoy tienen en sus manos la conducción del Estado, formaron parte de los pequeños focos de guerrilla urbana que, en las adyacencias de las universidades, hicieron vida en las dos décadas previas al inicio de este gobierno. ¿Se pretende entonces que nuestros estudiantes terminen su formación básica con una experiencia activa, de combate y saboteo, utilizando herramientas de comunicación? ¿Esa es la mejor experiencia que podemos brindarle a los estudiantes en su proceso de incorporación a la vida republicana? ¿Esa es la base deseable para construir convivencia?

La tercera razón, no menos importante que las anteriores, es la que mayor peso ha tenido en los reclamos hechos públicamente hasta el momento: la utilización de los estudiantes expresamente para difundir el mensaje de un líder político, para hacer proselitismo y propaganda política, que es como técnicamente se le llama. ¿Se trata entonces de promover la formación de partidarios, en lugar de ciudadanos críticos que tengan capacidad para discernir y tomar decisiones propias sobre sus preferencias políticas? O ¿se trata de utilizar a esos estudiantes para que hagan el trabajo de calle que los militantes del PSUV deberían hacer? Creo que ni siquiera eso. Lo que vimos ayer, es algo mucho más triste, se trata de convertirlos sólo en amplificadores y altavoces de una voz y de un mensaje que, de acuerdo a esta lógica “revolucionaria”, es el único que se debe escuchar.

Si lo que se quería lograr era la democratización de los medios de comunicación social, se pudo hacer una campaña para convertir a VTV, realmente, en el canal de todos los venezolanos o para garantizar la incorporación de productores independientes, sin importar las tendencias políticas, en la programación de todos los medios que son propiedad del Estado. Si se trataba de lograr el desarrollo de competencias comunicativas en los estudiantes y el manejo de herramientas asociadas a la comunicación social, se podrían fortalecer los periódicos escolares o crear clubes de comunicación para ampliar los medios utilizados. Si lo que se quería era abrir espacio para la difusión de buenas noticias, o de las noticias locales y comunitarias, se podría promover la investigación y el énfasis del trabajo de los estudiantes, en esos aspectos. Pero como lo que se quiere, tristemente, es tener mano de obra “combatiente” para el volanteo y la realización de murales, “partidarios” del proyecto revolucionario para hacer labor de propaganda, se crearon las guerrillas comunicacionales, cuya primera tarea, de acuerdo a las instrucciones de la nueva ministro de comunicación es "realizar labores de volanteo, perifoneo y empapelado de las estaciones del metro, línea 1" para “dar a conocer el mensaje del gobierno”, casualmente en vísperas de un importante proceso electoral.

Olga Ramos
13042010
olgaramos62@gmail.com

miércoles, marzo 31, 2010

MUD: ¿Tabla de salvación o delicada filigrana?/ Olga Ramos

Acostumbrados como estábamos a nuestro esquema democrático con fuertes dosis populistas, paternalistas y clientelares, más una débil, pero existente, división de poderes, con alternabilidad garantizada y con algunos elementos que perfilaban una futura e interesante madurez democrática, - como el inicio de la descentralización, los esfuerzos por profesionalizar la función pública, tecnificar la toma de decisiones sobre políticas públicas y el establecimiento de algunos mecanismos de control efectivo del ejercicio del poder- entramos en el autodenominado “proceso revolucionario” - que, por cierto, tiene de “revolucionario” su vocación por el cambio radical de sistema a través del desmontaje de la institucionalidad existente, para sustituirla por otra y el desplazamiento de las elites, política y económica, del país por una “vanguardia revolucionaria”.

En su empeño de cambio, este “proceso” dio al traste con el esquema de descentralización que arrancó a finales de los años 80 y para sustituirlo, puso en agenda la necesidad de construir una fórmula de descentralización sustentada en la idea de participación directa de la población, a través de la creación de instancias de organización de base, de dimensión comunal, y la incorporación de mecanismos de consulta para procurar su incidencia en la definición de las políticas públicas nacionales, así como la creación de la figura de la contraloría social para promover el control ciudadano sobre el ejercicio del poder.

A esta fórmula de descentralización que el “proceso revolucionario” se ha propuesto crear, la acompaña el debilitamiento progresivo de la democracia representativa, un esquema de concentración del poder político -que terminó de borrar los precarios límites existentes entre los poderes públicos y que atenta con acabar definitivamente con los restos del viejo esquema descentralizado-, una sustitución de la incipiente “profesionalización” de la función pública por la “partidización forzada” de los funcionarios y todo esto marcado por una fuerte exclusión política y fractura social derivada del uso de la polarización como táctica principal para ejercicio del poder político.

Hay muchas otras dimensiones constitutivas de este “combo revolucionario”, a las que no haré referencia en este escrito, porque las mencionadas son suficientes para dibujar el ambiente político en el que se desarrollan los preliminares de las elecciones parlamentarias, ambiente que mucho se aleja de la “democracia” que conocimos y que poco se parece a los esquemas de talante realmente democrático que apreciamos en otros países del mundo.

En este ambiente conformado por una institucionalidad prácticamente destruida, solapada con otra proyectada a medias, cuyas reglas de juego cambian permanentemente, coexiste la necesidad de la acción organizada y de la actuación de los grupos de intermediación política, con la visión anárquico-asamblearia, en la que cada quién cree tener la capacidad para determinar y definir el destino de todos, con el sólo hecho de alzar su voz disidente. Es en este ambiente en el que se desarrolla un nuevo esfuerzo por construir una plataforma de unidad de la sociedad democrática.

Sin embargo, en este momento, hablar de esa unidad en términos reales y profundos, es una falacia, porque una unidad de ese tenor requiere un planteamiento de partida diferente: la procura de una opción que permita unificar, no a los grupos opositores, sino al país en torno a un proyecto que nos impulse a salir de la crisis generalizada cuyos orígenes preceden, al menos en un par de décadas, al inicio de este gobierno. Con esto no quiero decir que, en este momento, no exista una unidad posible. Pero esa unidad no pasa de ser la construcción de una “opción unitaria” para las elecciones de la Asamblea Nacional que se realizarán el 26 de septiembre y que se traduce en un listado de candidatos y suplentes por circuito electoral y de una base programática que sustente la agenda legislativa que este grupo de candidatos promoverá en esa instancia, una vez electos.

Esta es la misión de la denominada Mesa de la Unidad Democrática, ser una instancia político-operativa para hacer posible la construcción de una opción unitaria para las elecciones del 26S, una tarea, por cierto, nada sencilla. Pero es ésta misión y no otra, a pesar de que muchas personas, incluyendo a muchos miembros de la mesa, esperan que adopte los roles de dirección y de operadora política a la vez, reclamando su pronunciamiento y coordinación de acciones en todos los eventos de la dinámica política nacional que lo ameriten. Pero además, es necesario precisar que se trata de una instancia de operación política, constituida para un fin muy específico, no para organizar las acciones que, en general y producto de las directrices de una instancia de conducción política, se requieran.

Ni los alcances de la unidad posible, ni la misión específica de la MUD ameritan que ésta sea tomada como la nueva “tabla de salvación” del movimiento opositor, tal y como lo hizo mucha gente con los estudiantes en un pasado muy cercano. Por cierto, que esta inmadura manía de aferrarse a personas o eventos circunstanciales, no es más que la expresión de una típica patología política que hace que la mayoría de los venezolanos estén en la búsqueda permanente de un Mesías que resuelva de tajo los problemas del país y crea en la existencia de una acción mágica que devolverá o creará, dependiendo del caso, en un abrir y cerrar de ojos, la calidad de vida pretendida.

La modesta misión para la que se formó la MUD es compleja y llena de dificultades que se derivan, incluso, de la naturaleza misma de su constitución, porque se trata de una instancia en la que deben hacer vida partidos, organizaciones no partidistas e individualidades con influencia, poder y pesos políticos diferentes. Hay partidos políticos de diversa talla, así como organizaciones no partidistas de distintos campos, con diverso grado de influencia y reconocimiento en la sociedad. Ni hablar de las personalidades cuyas trayectorias y reconocimiento público pueden ser muy diversos. Todos ellos con proyectos específicos que, en el caso de los partidos políticos, incluyen planteamientos ideológicos que en muchos temas pueden dar origen a diferencias que resulten irreconciliables. Adicionalmente a ello, se suma la diversidad regional, ya que, esta tarea la MUD decidió asumirla de forma descentralizada, por lo que en cada uno de los estados y municipios del país, funciona una instancia de este tipo, con complejidad y dificultades propias.

Ya el sólo hecho de construir unas reglas de juego que permitan la máxima inclusión posible, en un marco que se haga justicia y respete a las organizaciones, constituye una tarea titánica que, sin un referente electoral previo que permita tener noción de influencia y peso político, requiere una mano muy firme para evitar que, como en otras oportunidades, el espacio de encuentro, se disuelva o pierda efectividad, por una ilusión “participativa” que no es realmente inclusiva. De hecho, difícilmente se logre un acuerdo con el que todos nos sintamos satisfechos y eso es natural a un proceso tan complicado y complejo. Pero adicionalmente, y producto de la falta de comprensión sobre la naturaleza de este fenómeno, es que encontramos “ individualidades” quejándose por no tener “representación” en la mesa y también, organizaciones que prefieren ver los toros, y criticar, desde la barrera, preferiblemente delante de un micrófono.

Constituida con todos los defectos que tiene, en el cumplimiento de su misión, la MUD debe atender, al menos, tres dimensiones de trabajo. La primera de ellas es la elaboración del listado de candidatos con su la agenda legislativa, es decir, la construcción de la oferta electoral que presentará al país. Hasta el momento, y de acuerdo a las reglas aprobadas, para la elaboración del listado, la MUD apela a dos mecanismos: el acuerdo y las primarias. En este preciso momento, nos encontramos casi al final de la primera parte de este proceso, que, hoy debía haber sido presentada al país y que por las dificultadas propias de la construcción de consensos, fue postergada para después de Semana Santa.

La construcción de la lista de candidatos, ha sido un proceso intrincado que se ha desarrollado en diversas instancias de la MUD a lo largo y ancho del país, en un ambiente político adverso, signado adicionalmente por la tensión que ha intentado imprimir al trabajo de la mesa, la promoción, hecha por algunos grupos e individualidades, de un cambio en las reglas de juego acordadas, que propone la realización de primarias en todo el país. Muchos han sido los intercambios acerca de la factibilidad e idoneidad de esta propuesta, así como muchos han sido los cuestionamientos al trabajo de la mesa, basados en una supuesta actitud de los partidos políticos a excluir candidaturas, por preservar sus propias “agendas”.

Sin pretender abogar por un comportamiento intachable de la MUD, es importante recordar que los intereses particulares - cuya existencia es la base fundamental de la mencionada crítica- son naturales a las personas y a las organizaciones y además de natural, es deseable que existan. Por otra parte, los intereses colectivos no surgen de la nada, son determinados por las personas y por tanto, deben ser reconocidos por ellas para que se puedan identificar como tales, y nadie puede apropiarse del derecho a definir cuál es el interés colectivo sin contar con el concurso de los demás. Adicionalmente, lo ideal es que, antes que esperar que las personas y las organizaciones antepongan los intereses colectivos a los suyos, es preferible éstas que asuman dichos intereses como propios. Es por eso que la crítica romántica que propone que los partidos políticos hagan de lado sus agendas particulares, y los candidatos independientes sus agendas personales, para pensar primero en el país, carece de sentido propositivo, pues olvida que tanto los partidos como las individualidades, actúan desde la visión de país que tienen y de los intereses que reconocen como colectivos. La tarea entonces es la construcción de una visión colectiva, pero esa no es precisamente la tarea que tiene asignada la mesa, por tanto, la construcción de la lista y la agenda legislativa, tendrá que seguirse fraguando con base en la realidad política que tenemos, hasta que logremos que esta cambie.

Así, una vez presentada la lista con los acuerdos y realizadas las primarias, tendremos, en cuanto a candidatos, la mejor oferta electoral posible de acuerdo a nuestra realidad política. Esperamos que la combinatoria que se alcance, tenga al menos un buen balance que permita a la mayoría sentirse reflejada o representada en dicha oferta. El que tengamos claros los posibles alcances de este resultado, no quiere decir que no aspiremos a una mejor oferta, pero para avanzar y transformar nuestra realidad política, se requieren importantes cambios de fondo, tanto en las organizaciones de toda índole, como en la ciudadanía en general.

Por otra parte, para que ese listado de candidatos pueda ser electo, se necesita una campaña robusta y una maquinaria electoral que se encargue desde el apoyo a las actividades de campaña de los candidatos, hasta el cuidado de los votos el propio 26S. Esta segunda dimensión de la tarea, si bien se coordina desde la MUD, se instrumenta o se orquesta con el concurso de cada una de las organizaciones y de los grupos de apoyo ad hoc, constituidos en torno a este proceso electoral y a sus participantes. Esta dimensión es muy delicada y requiere también un esfuerzo especial, porque la campaña debe llegar a todos y cada uno de los rincones del país con una oferta electoral unificada, lo cual, no es nada fácil cuando ello está precedido de por proceso de primarias, en el que cada uno de los pre-candidatos ha trabajado por su propia propuesta de agenda. La construcción de una agenda legislativa para la oferta electoral unitaria, debería formar parte de la primera dimensión de la tarea de la MUD, pero en ella se requiere el concurso de todos, las organizaciones, las individualidades y los pre-candidatos. Esa, hasta ahora, es una delicada tarea pendiente.

Pero hay una tercera dimensión que es imprescindible para el óptimo cumplimiento de la tarea de la MUD: la constitución del listado de candidatos en un equipo de trabajo legislativo. En esta dimensión tienen responsabilidad las organizaciones que participan en la MUD y los propios candidatos. En esta parte de la tarea se requiere, entre otras cosas, de una declaración expresa de candidatos y pre-candidatos, en la que se comprometan tanto a ser efectivamente la voz que permita a los electores tener peso e incidencia en la definición de las políticas nacionales, como a construir un equipo con el resto de los candidatos de la opción unitaria que actúe, de forma concertada, en la definición de la agenda legislativa a impulsar desde la AN y de las estrategias y tácticas que seguirán una vez en ejercicio. Esto, entre otras cosas, requiere una búsqueda de consensos y disciplina muy alejada de los micrófonos a los que muchos están acostumbrados a acudir, cuando su posición no tiene éxito frente a la mayoría y sería ideal que el anuncio de la lista de candidatos que la MUD tiene pendiente, esté acompañado de un texto que enuncie el compromiso de candidatos y pre-candidatos, en el marco de la construcción de esta opción electoral unitaria, para que sea suscrito por ellos.

Finalmente, cabe recordar, que al igual que con lo que sucede con la MUD, los diputados que resulten electos de esta opción unitaria, tendrán una misión muy específica, no serán ni los nuevos Mesías, ni estarán dotados de una varita mágica. En lugar de ello, en lugar de ser asumidos como la futura “tabla de salvación”, tendrán, como la MUD, que moverse en el campo del tejido y la filigrana, para lo que, tanto los candidatos como sus electores tienen que tener muy claro que las dos demandas aquí enunciadas están en tensión, porque estos parlamentarios, además de buscar un efectivo mecanismo para lograr ser la voz de sus electores en las discusiones sobre lo nacional, por la coyuntura política, tendrán que concertar con el resto del equipo las posiciones y estrategias más adecuadas, pero ambas demandas se derivan de lo se perfila que será el ejercicio parlamentario en un ambiente político como el descrito al inicio de este texto.

Olga Ramos
31032010
olgaramos62@gmail.com

miércoles, febrero 10, 2010

Adoctrinamiento e ignorancia ¿una mezcla explosiva? / Olga Ramos

Notas sobre contenidos de historia y materiales de apoyo para estudiantes...

Ayer estuve en un diálogo/entrevista que organizó la USB, en el marco de su aniversario, en el que Joaquín Marta Sosa comentaba y preguntaba a Ana Teresa Torres sobre su último libro "La herencia de la tribu". (estuvo realmente interesante, tanto la participación de los protagonistas del diálogo/entrevista, como las intervenciones de los profesores que se encontraban entre el público)

En ese espacio y a la salida, conversamos, entre otras cosas, sobre la posible incidencia de los libros de historia de Venezuela y ciencias sociales utilizados en la escuela básica, en algunos rasgos de nuestra idiosincrasia y en la proliferación de cosas como el culto a Bolívar, la conversión de éste en una especie de "religión política" por parte de los que se autodenominan "revolucionarios bolivarianos" y en una lectura de nuestra historia casi  exclusivamente sustentada en las "hazañas militares" con un alto desconocimiento de los aportes civiles en la construcción de nuestro país.

En lo personal, pienso que, además del énfasis militar, tenemos una aproximación "puntillista" a nuestra historia que nos limita a verla sólo a través de grandes momentos, sin la perspectiva de proceso, por lo que es muy difícil que apreciemos los aportes, del signo que sean, que cotidianamente todos hacemos para construir el país que tenemos.

Como colofón de esa conversación, uno de los profesores de la USB  mencionó que tenía en clase alumnos que desconocían a tal punto nuestra historia contemporánea, que no sabían quién era Rómulo Betancourt.

El contenido del intercambio y esa afirmación del profesor de la USB, me hicieron llegar a casa y revisar los libros de educación básica que tenía, y hacer una exploración por algunos portales de internet dedicados a apoyar a los niños en la realización de tareas. Además, lancé, en la madrugada una pregunta tipo trivia. La pregunta fue la siguiente:

"#twittertrivia: ¿Cuáles fueron las características relevantes y hechos que merece la pena recordar del gobierno de Rómulo Betancourt?" (las respuestas fueron muy pocas, todas bienvenidas. Esto quizá no sea síntoma de nada, pero podría serlo...)

Escogí esa pregunta, además de por el mencionado comentario del profesor, por lo que hallé en uno de los portales revisado. Se trata del portal de la RENa.

RENa es una red creada en la época de Caldera 2 por Reacciun y la ULA. Conocí su proyecto inicial y sus primeros pasos. En algún momento, le perdí la pista, pero como verán si exploran en este enlace (http://www.rena.edu.ve/index.html) el proyecto continúa auspiciado por la ULA, pero también por FUNDACITE Mérida y por el ME. Claro, su propósito ha cambiado un poco, pero mantiene la lógica de servir de apoyo a las actividades escolares.

Navegando por la página se pueden ver los recursos que prepararon sus autores, para ayudar a los estudiantes a hacer sus tareas en las diversas áreas a lo largo de educación inicial y básica. De ellos, escogí tres para que los vean:

El primer enlace, es un cuadro que contiene las "fechas importantes" de acuerdo al programa de historia de la primera etapa... al menos, hay un detallito que les debe llamar poderosamente la atención y que habla mucho sobre la calidad y profundidad de los materiales allí contenidos.

http://www.rena.edu.ve/primeraetapa/Historia/fechaspat.html

El segundo enlace corresponde al denominado, por los autores de los contenidos, como "período político en la Venezuela democrática 1958-1974" en la segunda etapa de la educación básica:

http://www.rena.edu.ve/SegundaEtapa/HISTORIA/aspectosr.html

En él se puede apreciar la visión de los autores sobre el gobierno de Rómulo Betancourt, lo que merece la pena recordar y aprender de ese momento en la vida del país... sin comentarios...

Y finalmente, el tercer enlace de esa página, es el último punto del menú de historia para la segunda etapa, se llama "la quinta república"...

http://www.rena.edu.ve/SegundaEtapa/HISTORIA/quintarep.html

Después de leer el texto de este enlace, los invito a que hagan la actividad interactiva, en la que se evidencia lo que a los autores les parece más importante que los niños aprendan de lo leído....

Esto, además de escandalizarnos por la superficialidad y pésima calidad de los contenidos, nos permite tener una mejor visión de lo que algunos consideran un material de utilidad para apoyar el proceso de aprendizaje de nuestros niños en las escuelas.

Para finalizar, seguí con la exploración del portal y busqué el documento que debería contener el currículo, y en él, los programas de estudio vigentes sobre los que sustentaron, como bien insisten sus autores en todas las partes del site, la elaboración de los contenidos para los estudiantes. Y ¿qué tal que el documento que colocan como currículo vigente es el papel de trabajo que el ministerio de educación echó para atrás la última vez que amenazaron con cambiar el currículo?

Los invito a que exploren esta web y que se paseen por las secciones correspondientes a ciudadanía y a historia, pero también que revisen los materiales de las otras áreas y hagan sus apreciaciones sobre la calidad de los mismos. Si quieren hacer comentarios al respecto, los invito a escribirme a olgaramos62@gmail.com

jueves, febrero 04, 2010

Que nadie empuje que va en bajada! / Olga Ramos

(Comentario a propósito de la nota de mi querida tocaya OlgaK http://www.facebook.com/notes/olgak-de-aguirrebeitia/y-si-se-cae/286667077605)

Que nadie empuje que va en bajada!

Que nadie empuje y seguro que muchos se apartarán pretendiendo no caer estrepitosamente en ese barranco político!

Que nadie empuje, que intenten apartarse los que quieran, pero que todos sepan, que a todos nos quede clarito, que va en bajada arrastrado por un país que va en bajada delante.

El puede caer solito o ser sacado por los votos, pero la caída del país parece indetenible y esa, es nuestra propia caída, la que nos va a costar horrores revertir, mucho más porque seguimos no estando preparados y dispuestos para ello.

El será recordado, en el mejor de los casos, por su estrepitoso fracaso, por haber dilapidado el más grande capital político de nuestra historia contemporánea y la mayor fortuna de la que ha gozado el Estado.

Pero nosotros tendremos que vivir con las consecuencias del fracaso, el suyo y el nuestro y podemos ser recordados como la conjunción de generaciones fantasiosas que esperamos siempre una salida mágica o "despertar de una inmerecida pesadilla", que no pudimos apreciar, y menos reconocer, nuestra responsabilidad en lo sucedido; o podemos recordarnos y reconocernos, como las generaciones que aprendimos de nuestros errores y reconstruimos una vida republicana y una sociedad digna para Venezuela!

domingo, enero 31, 2010

Con el alma en septiembre, aunque parece que fuera junio / Carin Ludeña


Como dice una amiga, parece que fuera junio y en realidad solo estamos saliendo de enero. En efecto este año ha comenzado de manera intensa.


Pero a pesar de la intensidad y de la urgencia, o probablemente justamente por ellas, no podemos perder la calma ni los horizontes. Yo no creo que yo tenga ninguna varita mágica para ello, pero he querido compartir algunas reflexiones en esta dirección a partir de varias cosas que he leído y discutido en este último e intenso mes.

En primer lugar, no creo que esto es una pesadilla. A decir de Osío Cabrales, esto implicaría que uno puede despertar de ella y eso no es posible. El país se ha venido degradando desde hace mucho tiempo. Desde finales de la década de los 80 sabíamos que la pobreza crítica aumentaba y a pesar de las múltiples voces de alerta pensábamos que eso no traería consecuencias. En 1998, luego de la innegable señal de desconducción y descontento que fue el caracazo y luego de dos golpes de estado, el país, con más de un 60% de pobreza crítica, ganado por la idea de la apolítica y gerencia, se debatía entre una miss y un teniente coronel, ex golpista, que nos ponía en bandeja de plata la ilusión de la gloria pasada y la mano fuerte. El último ganó promovido por la clase media, los medios, el sector industrial y en general la celebración nacional del fin de los partidos, la mediocridad, la corrupción y la llegada del sueño de hacernos gloriosos y ricos.

De la muy interesante obra de Ana Teresa Torres, es fascinante ver como ese discurso nos logró conmover a todos, siendo que el discurso no se ajusta a ninguna memoria real, pues nunca hubo una gloria pasada (Bolívar en una correspondencia privada en 1830 pontificaba que lo único correcto en América latina era emigrar: que era un continente de ignorantes y avaros, flojos y malagradecidos). De todos los países del continente, Venezuela fue el más desvastado por la guerra de independencia (guerra civil, por demás), con la economía en el suelo y la desaparición de más del 30% de la población. Esta situación nunca logró mejorar durante todo el siglo XIX, desgastada por otra larga y cruenta guerra civil, ni por los inicios del XX, signado por una dictadura y una economía rentista. La verdad, el único momento en que el país creció económicamente, redujo la pobreza, los índices de mortalidad materno infantil, puso en práctica un sistema de atención médica, aumentó de manera significativa el acceso a la educación media y superior, creó infraestructura (acueductos, sistemas de creación y distribución nacional de energía, redes viales y de obras sanitarias) e institucionalizó la administración del estado fueron los primeros años de la democracia después del 58. Hasta mediados de los 80, el 30% pertenecía a la clase E (voy a seguir la necesariamente simplista división en clases E, D, C, B y A, siendo la última los dueños de los medios de producción), el 60% a las clases D y C y el 10% a las clases B y A. Sin embargo, el modelo y el sueño de progreso comienzan a hacer agua: la exclusión económica y política comienza a contrastar demasiado con el discurso de prosperidad y luego de los intentos de volver al sueño perdido de riqueza sin límites y redistribución en una economía todavía rentista, decidimos, sobre todo los no excluidos o los que temíamos serlo pronto, dejar la idea de construcción institucional y volver al mito: la gloria pasada, los héroes (pero para entender esto es mucho mejor el libro de AT Torres que cualquier cosa que yo pueda chapucear aquí). Curiosamente, los super excluidos, no participaron en el proyecto chavista hasta mucho más tarde en el 2003, luego del golpe y la creación de las misiones. Hoy en día el apoyo de Chávez nace de un sector diferente del que lo llevó al poder originalmente en el 98. Es decir el famoso 33% del hard core chavista, que ahora es más bajo por cierto, no proviene del mismo sector. Como tampoco los ninis, que ahora suman un impresionante 45% de la población. Muy curiosamente también, de acuerdo a los últimos datos el proyecto revolucionario no ha resuelto sin embargo el origen de la situación que lo llevó al poder: el 53% de la población es clase E, el 30% clase D y el 20% restante clase C, B y A. 

Esta contradicción es posible pues la política oficial, además del discurso de recuperación de glorias y héroes pasados, de buenos y malos, ha favorecido la ayuda directa a los sectores más necesitados que ahora, a diferencia de antes, comen tres veces al día. Esto se ha hecho en el marco de la consagración de un modelo de partido único, autoritarista y anti-institucional que entre otras cosas ha destruido la economía, las empresas de servicios públicos, las redes hospitalarias y hasta los procesos más triviales de administración del estado al promover en todos los ámbitos la fidelidad política por encima del conocimiento o de la capacidad. Estamos viviendo los resultados de la no inversión en la producción de energía eléctrica, pero se nos viene encima algo mucho peor, cuando ya resulte evidente el efecto nefasto de más de 7 años de reinversión insuficiente en la industria petrolera. Por otro lado, para que funcione, el proyecto necesita de la construcción de un estado paralelo, controlado desde el ejecutivo, donde no tiene cabida la idea de separación de los poderes y que en estos momentos de estrechez económica entra en flagrante competencia con el estado institucional, para llamarlo de algún modo, cuyo presupuesto sí pasa por la asamblea. El otro no: se saca de pdvsa, con la anuencia del BC y se distribuye, sin control ni supervisión alguna por canales más partidistas que estadales. Aquí, entre otras cosas podemos ubicar la creación de los cuerpos armados para institucionales auspiciados y alentados por el gobierno.

El haber favorecido el apoyo directo, cosa que evidentemente agradecen los que comen 3 veces al día cuando antes no, en el esquema anterior está comenzando a hacer agua de manera evidente por todos lados, aún para los que agradecen comer 3 veces al día cuando antes no. Y es que la falta de agua, de luz, de seguridad, de empleo, de infraestructura básica, empiezan a competir con la comida. Este descontento está surgiendo en las encuestas y el gobierno lo sabe. Como no puede hacer otra cosa necesita radicalizar el conflicto, crear violencia, dividir a sus opositores, pero sobre todo llevar la discusión lejos de sus predios, convertir la crítica en una crítica que solo interese a un sector, alejado de las mayorías y sobre todo evitar que el país pueda hacer click con un nuevo proyecto, denunciar que este hizo agua, que no está resolviendo los problemas y que en su afán de controlar el poder está destruyendo nuestro futuro.

Este año hay elecciones legislativas. Parece poco importante pero no lo es: el control del presupuesto y de la administración del estado, el impedir la construcción del estado paralelo sería, y el lo sabe, un golpe mortal para el proyecto. A pesar de todas la maniobras tenemos la posibilidad real de lograr el 42, 45% de la asamblea. Esta cifra no es mayoría pero lo haría tener que negociar: con sus propios sectores pues el chavismo no es un bloque hegemónico y muy al contrario está lleno de contradicciones. Y con un poco más de esfuerzo podríamos ganar la mayoría de la asamblea. Esto sería el principio de una nueva realidad política en Venezuela, en realidad quizás el mejor de los escenarios pues obligaría a una política muy madura por parte de la oposición paralelamente a poner en marcha mecanismos para reactivar al país.

La posibilidad real, aparte del obvio propósito de lograr la unidad, tema muy avanzado en el que los partidos y la mesa han mostrado en general una actitud muy razonable, depende de la madurez, no sólo de la oposición sino de muchos más. De todos aquellos que no creemos en que esto es una guerra, o la antesala a una guerra civil, sino que hay que construir los mecanismos a como de lugar para resolver a) el problema de la exclusión económica y b) la recuperación de las instituciones, de lo público. Una parte de ello nace de entender que esta situación debe convocar a toda Venezuela. El cierre de RCTV es grave, muy grave, así como lo es el uso de la violencia del estado y la negativa a aceptar la protesta o la disidencia en cualquiera de sus formas. Eso lo sabemos. Pero un discurso que no incluya el problema de la exclusión no es serio en términos de lo que debería ser el actual propósito, es decir, proponer un proyecto de país posible. 

No hay que caer en la tentación de la violencia, no tenemos tiempo. No hay que caer en el desánimo, si vale la pena votar y mientras más votemos mejor y más contundente. No hay que caer en la tentación de los atajos, la única esperanza es la reconstrucción institucional del país. No hay que caer en la impotencia, ganar aunque sea el 42% de la asamblea marcará un cambio radical en la situación actual. No hay que caer en el sectarismo, el país por el que votemos debe enfrentar el problema de la exclusión, debe incluir propuestas concretas en esta dirección. 

Lo que nos toca en los próximos meses es una tarea difícil. Debemos ser adultos en este país tan dado a la adolescencia perenne. Debemos desechar los héroes y los mitos de grandeza y dedicarnos a convencer al país entero no solo de que por esta vía vamos por un despeñadero, sino armar una propuesta: cuales leyes? Porque el control del presupuesto? Como enfrentaremos los graves problemas en educación y salud, en energía? Toca volvernos militantes de la institucionalidad, crear una campaña Para que sirve la Asamblea (esta es una idea genial que le escuché a JD Mujica hace poco y que creo que hay que promocionar). Toca militar e ir de puerta en puerta en nuestras circunscripciones. Toca hacer país. 

Y bueno, ese es mi sueño. Reflexivos

Saludos,

Carin Ludeña